El gobierno de Venezuela y el de Estados Unidos se enfrascaron ayer en una guerra verbal, con el primero asegurando que Washington financia y brinda apoyo logístico a grupos violentos en el país sudamericano, y el segundo advirtiendo que prevé una mayor represión por parte del régimen de Nicolás Maduro, en su afán por frenar el descontento en las calles.

Cientos de personas participaron ayer en una manifestación para honrar la memoria de Miguel Castillo, el hombre de 27 años que falleció el miércoles tras recibir un disparo durante una marcha de opositores. “Basta de violencia, ni un muerto más”, decía un letrero que llevaba ayer uno de los participantes.

“Nos están matando, pero no nos vamos a cansar, vamos a seguir en la calle hasta que el gobierno caiga, aunque la represión sea peor”, señaló el estudiante Carlos Briceño. Maduro prometió castigar los abusos policiales.

Al mismo tiempo, el director de la organización humanitaria Foro Penal Penal Venezolano denunció la detención de al menos 65 oficiales de diferentes fuerzas e indicó que hay otro grupo recluido en la Dirección General de Contrainteligencia Militar, en medio de versiones de un presunto malestar en las fuerzas armadas del país. El gobierno negó los arrestos y dijo que la oposición busca una “sublevación militar”.

En este contexto, la Cancillería venezolana difundió una declaración en la que rechazó los pronunciamientos de Estados Unidos respecto a la situación venezolana, agravada tras cinco semanas de protestas contra la Asamblea Constituyente que el gobierno de Maduro quiere convocar y exigiendo elecciones anticipadas. “El financiamiento y apoyo logístico estadounidense a los grupos violentos en Venezuela han facilitado una insurgencia armada, la cual tendrá como respuesta la aplicación de las leyes de la república, en el marco del Estado de derecho venezolano”, recalcó la Cancillería.

En particular, el chavismo fustigó el reciente pronunciamiento del subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental de EU, Francisco L. Palmieri, quien externó su preocupación por lo que consideró una violación de la Constitución venezolana por parte del gobierno de Maduro y porque éste no dé voz a la oposición y al pueblo.

Caracas criticó lo que llamó “la inaudita y sistemática pretensión del gobierno de EU para intervenir Venezuela”.

En Washington, el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, presentó ante la Comisión de Inteligencia del Senado lo que su despacho considera son las potenciales amenazas a la seguridad de EU y, al referirse a Venezuela, dijo que “el gobierno impopular y autocrático de Venezuela optará por métodos más represivos para contener a los opositores políticos y el descontento en las calles”.

Destacó que si bien el petróleo “por mucho ha sido la gallina de los huevos de oro del régimen [de Maduro], la mala gerencia ha llevado a una caída de los ingresos”, por lo que se prevé que “el gobierno venezolano tendrá problemas para contener la inflación, hacer pagos de deuda y pagar importaciones de bienes básicos y medicinas”.

En la misma audiencia en la que habló Coats, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, advirtió que “cada vez es mayor” el peligro de que las milicias armadas de Venezuela “actúen fuera de control”. Alertó de que “hay muchas armas circulando en Venezuela y el riesgo es increíblemente real y serio, y una amenaza para Sudamérica, Centroamérica y no sólo en Venezuela”.

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