Un interno de la prisión de San Pedro Sula, en Honduras, se vistió con falda larga, se puso una peluca rubia, lentes de sol y senos falsos para intentar engañar a los guardias del centro penitenciario y escapar.

Pero Francisco Herrera Argueta, de 55 años, puso esmero en su disfraz, pues incluso se pinto los labios y las uñas de color rosa.

Pero fue esa misma vestimenta la que lo delató, pues cuando intentaba pasar desapercibido entre los familiares de otros reclusos que abandonaban la prisión tras el horario de visita, los guardias notaron que caminaba de forma extraña debido a que llevaba tacones y no los dominaba bien.

Herrera se hizo pasar por Jacinta Elvira Araujo, una mujer que en alguna ocasiónhabía olvidado una identificación con los guardias de la prisión mientrs visitaba a un familiar.

Cuando intentó recoger la credencial de la mujer en la salida de la cárcel, un guardia le pidió quitarse los lentes de sol. Al cuestionarlo sobre su identidad, se dieron cuenta de que tenía voz de hombre.

"El maquillaje no pudo ocultar el hecho de que era hombre", dijo Bayron Sauceda, portavoz de la policía a medios locales.

De acuerdo con los periódicos El Heraldo y Prensa Libre, Herrera está preso desde septiembre de 2015 por asesinato, aunque el diario La Prensa asegura que su condena es por violación de menores.

Funcionarios de la prisión aseguran que enfentará un castigo severo por su intento de fuga y que podría ser trasladado a la cárcel de El Pozo, en la región de Santa Bárbara, considerada por muchos como la prisión más peligrosa del país.

El país centroamericano ha logrado reducir la tasa de crímenes violentos en los últimos años. Mientras en 2011 se registraron 86.5 homicidios por cada 100 mil personas, para el 2015 esa cifra bajó a 60 por cada 100 mil habitantes, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional de Honduras.

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