Miles de opositores en Venezuela marcharon ayer por tercera vez en una semana en las principales ciudades del país, en una renovada ola de protestas contra la que consideran una “dictadura” impuesta por el presidente Nicolás Maduro..

El paso de los adversarios del mandatario fue bloqueado a pocas cuadras del inicio de la marcha en la capital por fuerzas de seguridad, que arrojaron agua y gases lacrimógenos en todas las vías que tomaron grupos opositores para intentar llegar, sin éxito, al centro de la ciudad.

En medio de estos altercados entre policías y manifestantes, el comando de campaña del líder opositor Henrique Capriles Radonski sufrió un ataque con un presunto artefacto explosivo cuando el gobernador de Miranda se encontraba en el lugar.

“¡Urgente! ¡Fuimos atacados con bombas dentro del edificio! ¡En este momento actúa Bomberos! ¿Cuál es la orden, Maduro? ¿Matarnos? Si algo pasa ya saben quién es el responsable y ¡saben lo que tienen que hacer!”, alertó Capriles a través de Twitter, quien salió ileso del hecho. También difundió imágenes de una humareda negra saliendo del comando de campaña.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, tuiteó su condena enérgica al “atentado contra sede d @capriles y nos solidarizamos con quienes sufren represión por reclamar derechos”.

Capriles informó el viernes que fue inhabilitado por 15 años por la Contraloría, que lo acusa de los ilícitos de “no presentar el presupuesto local ante el Consejo Legislativo, pactar convenios internacionales sin autorización para ello y firmar contratos por la gobernación de Miranda con empresas sin cumplir con las normas”.

Los opositores denuncian que esto formaría parte del “autogolpe” de Maduro para asfixiar a sus adversarios, por lo que decidieron hacer una jornada de protestas a nivel nacional para exigir la celebración de elecciones. Igual que la marcha en Caracas, varias de las manifestaciones convocadas en el interior de Venezuela fueron reprimidas. Hasta anoche, el saldo era de decenas de manifestantes heridos por los perdigones y muchos otros afectados por los gases lacrimógenos. Las autoridades detuvieron al menos a 51 personas.

El vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, tildó la marcha de ayer de “ilegal” pues las autoridades desconocían la ruta que anunció Capriles en la concentración. Las manifestaciones de los últimos días han dejado decenas de heridos, opositores detenidos y un estudiante universitario muerto por un disparo.

La oposición ha denunciado que Maduro realizó un “autogolpe”, luego de que la semana pasada el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitiera dos sentencias que reducían las competencias de la Asamblea Nacional. El TSJ se retractó después de los puntos más polémicos de los fallos.

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