El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó ayer de tres bombardeos en el país. En el primero, aviones de guerra no identificados embistieron Jan Sheijun, que a principios de esta semana sufrió un presunto ataque químico, dejando un muerto; otros 15 civiles —incluyendo cuatro niños— fallecieron en otro atentado en las afueras de Al Raqqa, bastión del Estado Islámico; en Idlib perdieron la vida 18 personas en otro atentado.

En el nuevo bombardeo contra Jan Sheijun murió al menos una mujer y se registró otro civil herido. El ataque alcanzó la parte oriental de la ciudad de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, que se encuentra bajo control rebelde, donde fallecieron 18 civiles, incluyendo a cinco niños. El ataque se realizó después de que Estados Unidos lanzase, el jueves, 59 misiles Tomahawk contra la base aérea del gobierno sirio desde la que supuestamente partió el ataque químico contra esta ciudad en el que murieron 87 civiles, entre ellos 31 niños, el pasado cuatro de abril.

La del jueves fue la primera operación directa de EU contra el ejército del presidente sirio, Bashar al-Assad, desde que comenzó la guerra civil en Siria. Ayer el presidente Donald Trump felicitó vía Twitter a los “hombres de nuestras Fuerzas Armadas por representar a EU y el mundo tan bien en el ataque en Siria”, que dejó ocho muertos, incluyendo cinco militares.

Portaaviones a Corea. Norcorea criticó la operación como “inaceptable”, horas antes de que se informara que un grupo de ataque de la Armada de Estados Unidos se dirigía a la península de Corea, encabezado por el portaaviones USS Carl Vinson, para desplegarlo en las inmediaciones a manera de demostración de fuerza. Se trata, dijo el portavoz Dave Benham, de una “medida prudente” para mantener “la presencia en el Pacífico”.

La almirante de la Armada estadounidense Michelle Howard dijo ayer que los ataques con misiles crucero contra la base aérea siria destruyeron los “medios para desplegar armas químicas” desde ese lugar y que el ejército de EU sigue listo para emprender más acciones, en caso de que fuera necesario.

Howard indicó que EU lanzó los ataques porque la ONU falló a la hora de aprobar una resolución de condena al ataque con armas químicas en Jan Sheijun. Washington culpó al régimen sirio por el atentado; el gobierno de Al-Assad lo niega.

Trump, a quien varios legisladores le reprocharon no haber informado al Congreso antes de lanzar el ataque en la base siria, escribió ayer a los jefes de ambas cámaras para mantenerlos al tanto. “Actué en función de los intereses vitales de la seguridad nacional y de la política exterior de EU, conforme a mi autoridad constitucional para conducir operaciones internacionales en tanto comandante en jefe”, dijo, y añadió: “EU llevará a cabo acciones suplementarias si es necesario y de manera apropiada, para seguir defendiendo sus importantes intereses nacionales”.

Trump fue ayer a jugar golf en su tradicional retiro de fin de semana en Florida con la tranquilidad de haber acallado con su ataque en Siria las rencillas en su equipo, la baja popularidad y los difíciles momentos en el Congreso, al granjearse el apoyo incluso de líderes demócratas y de socios europeos.

La buena acogida del bombardeo sirio sirvió para dejar de lado que Trump había tocado mínimos en popularidad, con 36% de apoyo en la última encuesta de Gallup. Con la nueva escalada militar también se han acallado las investigaciones sobre nexos de la campaña del magnate con emisarios del presidente ruso, Vladimir Putin, previo a las presidenciales de noviembre.

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