El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, aseguró hoy que las primeras órdenes migratorias del presidente, Donald Trump, han servido de medida disuasoria para indocumentados, y pidió construir una "barrera" en la frontera mexicana, que reconoció que no será un muro de costa a costa.
"Es muy improbable que construyamos un muro, una barrera física, de un mar a otro radiante mar", dijo hoy el general retirado Kelly en una comparecencia en el Comité de Seguridad Nacional del Senado parafraseando la canción patriota estadounidense "America the beautiful".
Ante la insistencia de la senadora demócrata Claire McCaskill, quien llegó a decir que en el Senado nadie se cree que se vaya a construir el muro de Trump tal como lo ha expuesto el mandatario, Kelly reconoció que un muro de cemento a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera con México es irrealizable.
"Estamos mirando en todo tipo de variaciones. Yo iré a él y le diré: aquí tiene sentido un muro; aquí, vallado de alta tecnología; aquí es mejor tecnología (de vigilancia)", indicó Kelly, que de este modo no descarta que en algunas partes no haya muro alguno y la seguridad fronteriza dependa de un refuerzo de medidas de vigilancia.
Kelly especificó que cada sector fronterizo deberá enviar una petición sobre cuanto recorrido de muro o vallado necesitan en sus respectivas zonas, al tiempo que reconoció que existen puntos donde la construcción puede no ser posible por la orografía o en zonas administrativas especiales como las reservas indias.
McCaskill aseguró que el debate sobre la construcción de muro, cuyo costo el Departamento de Seguridad Nacional estima en más de 20 mil millones de dólares, es "vergonzoso", porque nadie en el Congreso, ni republicano ni demócrata, cree que se vaya finalmente a construir en su totalidad.
No obstante, el jefe del Departamento de Seguridad Nacional reconoció en la audiencia el efecto disuasorio de la llegada de Trump a la Presidencia, cuya campaña se centró en un discurso antiinmigrante y la promesa de poner fin a la llega de indocumentados y la deportación de los que residen en EU.
Desde que Trump llegó al poder y tras la firma de varios decretos para dedicar más recursos a la seguridad fronteriza y a las deportaciones, la llegada de indocumentados por la frontera sur se ha reducido a mínimos récord.
"Hemos visto una increíble caída de inmigrantes desde Centroamérica, especialmente de familias con menores. Esto no durará a no ser que levantemos una barrera física, un muro", aseguró Kelly.
Según datos de la Patrulla Fronteriza, en el mes de marzo se registraron 17 mil detenciones de personas indocumentadas, un mínimo récord y el quinto mes consecutivo de bajadas, muy por debajo de las 58.748 de diciembre de 2016.
Kelly aseguró que la caída de las llegadas se debe en parte a informaciones de los medios, "en muchos casos poco rigurosas", sobre las recientes redadas de las autoridades de inmigración y el boca a a boca sobre el peligro de hacer el tránsito hacia Estados Unidos con las mafias.
Los centroamericanos que intentan llegar ilegalmente a Estados Unidos -dijo- son, por lo general, "buenas personas. Simples y rurales, en su mayoría", que huyen de la falta de oportunidades económicas y la violencia.
Trump ha firmado varios decretos para aumentar los recursos de la patrulla fronteriza y para endurecer el régimen de detención de indocumentados que cruzan la frontera con México, al tiempo que se han intensificado las redadas de deportación en todo el país.
Kelly se alejó hoy de la posibilidad, expresada recientemente, de considerar separar indocumentados detenidos en la frontera de sus hijos como medida de disuasión.
El secretario dijo que ha transmitido la orden "verbal" de que eso no ocurra a excepción de casos en los que la madre o padre puedan ser una peligro para el menor.
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