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Un joven de 22 años, ciudadano ruso nacido en Kirguistán, fue señalado por las autoridades rusas como el principal sospechoso detrás de la explosión en el Metro de San Petersburgo, registrada el lunes, que dejó 14 muertos y 50 heridos.
El comité de investigación estatal de Rusia dijo que la pesquisa había permitido identificar a Akbarzhon Dzhalílov como el presunto responsable del ataque, respaldando un comunicado previo de los servicios de seguridad de Kirguistán.
Trazas genéticas fueron halladas en un bolso que contenía un dispositivo explosivo, agregó el comité. “A partir de la evidencia genética y las cámaras de seguridad, hay motivos para creer que la persona detrás del acto terrorista en el vagón del tren fue la misma que dejó un bolso con un dispositivo explosivo” que no detonó en otra estación, agregaron las autoridades rusas en un comunicado.
Al parecer, al bloquear las autoridades la conexión telefónica en el Metro tras la primera explosión, los terroristas no pudieron activar la segunda bomba por control remoto.
Detalles biográficos reunidos a partir de redes sociales y declaraciones de funcionarios rusos sugieren que Dzhalílov era un típico joven residente de San Petersburgo, al que le interesaban el Islam, la música pop y las artes marciales, sin ninguna relación aparente con militantes extremistas. Su tío, Eminzhon Dzhalílov, dijo a Reuters por teléfono que su sobrino era un joven musulmán que asistía a la mezquita, pero que "no era un fanático".
Los servicios secretos de Kirguistán fueron los primeros en dar la alarma de que el responsable podría ser originario de su territorio y, de hecho, los padres del presunto suicida fueron interrogados. El asunto fue abordado ayer en Moscú por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su colega kirguís, Erlan Abdildáev, quien condenó el acto terrorista.
Aunque Abdildáev consideró prematuro asegurar que dicho terrorista sea miembro del grupo yihadista Estado Islámico, la prensa rusa informó que la policía está investigando a sus amigos y conocidos para esclarecer cuándo fue reclutado para cometer el atentado y dar con sus cómplices.
En cuanto a los motivos, Lavrov aseguró que es “cínico” calificar el atentado de “venganza” por la intervención rusa en Siria en favor del régimen de Bashar al-Assad. “El terrorismo es un crimen contra toda la humanidad y contra todas las religiones”, dijo.
Los servicios de seguridad de Kirguistán indicaron que Dzhalílov nació en la ciudad de Osh en 1995. Kirguistán es una ex república soviética de 6 millones de habitantes, aliada política muy cercana de Moscú, donde se ha reforzado la seguridad.