El hombre cargó a sus gemelos de 9 meses, Aya y Ahmed, uno en cada brazo. Acarició sus cabezas y contuvo las lágrimas. Sólo musitó: "Di adiós, bebé, di adiós", a sus cuerpos sin vida.
Abdel Hameed Alyousef no sólo perdió a sus dos niños, también a su esposa y a dos hermanos, dos sobrinos y una sobrina, en el ataque perpetrado el martes, presumiblemente con armas químicas, en el poblado de Khan Sheikhoun, donde murieron al menos 86 personas.
En imágenes compartidas con The Associated Press, Alyousef está sentado en el asiento de una camioneta con sus gemelos, con los ojos enrojecidos, y le pide a su primo Alaa que grabe en video su despedida.
Cuando el bombardeo ocurrió, "estaba con ellos y los saqué de la casa junto con su madre", relató a la AP Alyousef, un comerciante de 29 años de edad. "Estaban conscientes al principio, pero 10 minutos después percibimos el olor". Los gemelos y su esposa, Dalal Ahmed, empezaron a sentirse mal.
Los llevó con los paramédicos y, pensando que estarían bien, fue a buscar al resto de su familia. Halló los cadáveres de sus hermanos y sus sobrinos, así como los de vecinos y amigos. "No pude salvar a nadie. Todos están muertos", dijo.
Después se enteró que sus hijos y su esposa habían muerto.
"Abdel Hameed está en mal estado", dijo su primo Alaa. Está siendo atendido por exposición a una sustancia neurotóxica. "Pero está especialmente mal por su gran pérdida".