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La puerta existente en la valla fronteriza que separa Tijuana (México) y San Diego (California, EU) se abrió hoy por quinta ocasión en la historia para que seis familias separadas por leyes migratorias pudieran darse un abrazo aunque fuera solamente por unos minutos.
El Parque de la Amistad ubicado en la frontera entre los dos países fue nuevamente escenario de esta tradición que inició hace tres años y que ha continuado sin importar el cambio de gobierno federal en Estados Unidos.
María de Lourdes Mendoza fue la primera en tener la oportunidad de abrazar por tres minutos a su hijo, madre y hermano, quienes residen en México.
"Fue algo muy bonito, muy emocionante", señala la mujer, quien no veía a sus seres queridos desde hace ocho años.
"(Mi mayor deseo) es volver a abrazarlos, porque verlos u oirlos los puedo ver en una foto o escucharlos por el teléfono, pero abrazarlos quien sabe, solamente Dios", dijo.
Las familias trataron de aprovechar al máximo los tres minutos que se les concedieron.
Besos, sonrisas, lágrimas, intercambio de palabras y toma de fotografías pudieron verse a través de la gran puerta de acero en la esquina suroeste de los Estados Unidos, resguardada en todo momento por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Este encuentro es posible gracias a la labor del grupo Ángeles de la Frontera, encargado de hacer la solicitud a las autoridades federales para que cada año se abra la puerta con motivo del Día del Niño en México.
El año pasado la puerta abrió en dos ocasiones.
La apertura de hoy fue la primera vez que se hizo en la administración del presidente Donald Trump.
Enrique Morones, director y fundador de Ángeles de la Frontera, reconoció que anticipaba que "sería más difícil" y por ello esperó hasta varios días después de que el presidente asumiera el cargo para hacer la petición al sector de San Diego de Patrulla Fronteriza.
Para su alivio, la respuesta fue positiva. Por ahora se desconoce cuándo se volverá a abrir la puerta. "Este año queremos hacerlo tres veces, no sabemos todavía, pero cada vez que lo hacemos (tenemos) más posibilidades para el futuro", dijo.
La intención de este evento es mostrar el lado humano de la inmigración y persuadir a quienes pueden tomar decisiones a nivel legislativo, señaló Morones.
El mensaje es que "el amor no tiene fronteras y que la persona que está tratando de decidir en reforma de inmigración posiblemente viendo esta imagen va a hacer la decisión de votar en favor a una reforma de inmigración".
Por parte de la Patrulla Fronteriza hay voluntad de continuar asistiendo en esta tradición de la frontera, ya que consideran que permite abrir las líneas de comunicación y confianza con la comunidad.
"Mientras Ángeles de la Frontera nos siga haciendo el pedido, la Patrulla Fronteriza seguirá tratando de facilitar el personal y el abrir la puerta", dijo a Eduardo Olmos, vocero de la agencia federal.
lsm