La Asamblea Nacional de Venezuela comenzará mañana un proceso para destituir a los magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con el respaldo de un conjunto de representantes de la sociedad civil, convocados para acompañar la jornada con una manifestación.

Aunque el máximo tribunal suprimió antes de 72 horas las medidas dictadas en dos sentencias con las que asumía las competencias del Congreso y delimitaba la inmunidad parlamentaria, los opositores, que controlan la Cámara, han concluido que esta marcha atrás no corrige lo que fue, a su juicio, “un golpe de Estado”.

Los parlamentarios de oposición insistirán mañana con la convocatoria de una sesión del pleno de la Cámara para activar el proceso de remoción de los juristas de la sala que elaboraron las sentencias.

Además, han convocado a sus partidarios a marchar desde el centro de Caracas hasta el Palacio Federal Legislativo para acompañar a los parlamentarios en el inicio del procedimiento. Los opositores no han explicado cuál es el objetivo o el alcance del acto del Parlamento contra los magistrados que integran la Sala Constitucional, dado que la Cámara venezolana está en “desacato” desde hace más de un año, y sus actos son “nulos” y por tanto inválidos.

Pero además se requeriría del voto de al menos 111 legisladores para aprobar la remoción y la oposición cuenta con 109.

La legislación venezolana establece que para la remoción de un magistrado se requiere del voto de las dos terceras partes del Parlamento.

Sin embargo, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, el opositor Freddy Guevara, aseguró ayer que “esos magistrados que dieron un golpe de Estado no pueden quedar impunes”, y llamó a sus partidarios a demostrar que no van a “obedecer a esta tiranía”. Con anterioridad, el presidente del Parlamento, Julio Borges, había acusado a los magistrados de haber cometido delitos de “lesa humanidad”. Aseguró que la justicia venezolana y la del mundo irá contra quienes atentaron contra los derechos de los ciudadanos.

El ex presidente del Legislativo, el opositor Henry Ramos Allup, aseguró en Twitter que acudirán a los tribunales disciplinarios para que “se revoque título y expulsen miembros” de la “sala inconstitucional”.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se refirió ayer a la marcha atrás del Supremo, lo que fue, dijo, una solución “exitosa” de la controversia entre los poderes públicos gracias a su “rápida actuación” con la convocatoria del Consejo de Defensa de la Nación que finalmente exhortó al Poder Judicial a revisar la medida.

El mandatario aseguró que, a pesar de esto, los opositores quieren promover la violencia, y acusó a Borges de tratar de “enloquecer” a las personas para “llevarlos al nivel de la histeria. Está histérica, Julio Borges está histérica, necesita siquiatra”.

Acusó a la oposición de “golpista”. Para Maduro, “la derecha nacional rompió todas las reglas de juego constitucional, político, no tiene reglas de juego, no quieren dialogar, no quieren paz, no quieren independencia, no quieren respetar la Constitución”.

El mandatario venezolano también indicó que la reunión del Mercosur del viernes pasado, en Argentina, fue hecha para “continuar su campaña de linchamiento político de acoso, agresión e intervención contra Venezuela”. Reveló: “Estoy llamando a Tabaré [Vázquez] hace una semana para conversar sobre las declaraciones y la actitud de su Cancillería. Uno no puede entender cómo su Cancillería agrede
a Venezuela”.

El presidente agradeció “las palabras hermosas” del Papa, quien pidió evitar “toda violencia” y “buscar soluciones políticas”.

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