El papa Francisco condenó ayer “el cáncer de la guerra” durante su primera visita a Egipto, adonde viajó para promover la paz y el diálogo con el islam tras una serie de atentados contra la comunidad cristiana que tuvieron lugar en ese país.

“Es esencial no escatimar esfuerzos en la eliminación de situaciones de pobreza y explotación, en las que el extremismo se arraiga más fácilmente, y en el bloqueo a la provisión de fondos y armas destinados a aquellos que provocan la violencia”, afirmó el pontífice en conferencia de paz en el centro de estudios sunita Al Azhar en El Cairo. “Hay que terminar con la proliferación de armas. Si se producen y se venden, tarde o temprano serán usadas”, indicó.

El papa Francisco rezó también junto al papa copto Teodoro II en la iglesia copta de San Pedro, escenario de un atentado perpetrado el pasado diciembre por el Estado Islámico (EI), en el que murieron 29 personas, aunque ningún familiar de las víctimas pudo acudir a la oración.

La iglesia abrió sus puertas a obispos católicos y ortodoxos, diputados coptos del Parlamento egipcio y responsables religiosos. Las fuerzas de seguridad sólo permitieron entrar al templo, que se encontraba engalanado con carteles que llevaban el lema de: “El papa de paz en un Egipto de paz”, a los que tenían un permiso previo, pero no dieron ninguno a los familiares de las víctimas del atentado.

La policía y el ejército egipcio desplegaron a cientos de sus miembros en los alrededores del complejo eclesiástico, donde se encuentra la iglesia y la sede del papa Teodoro II, y encima de los edificios que tienen vistas a la iglesia, situada en el barrio de Al Abasiya. “Estamos orgullosos de que esté [Francisco] aquí. Está enviando un mensaje al mundo [diciendo] que los cristianos no tienen miedo”, dijo uno de los framiliares de las víctimas del ataque al ver al pontífice depositar flores delante de un monumento en memoria de las víctimas, situado en la entrada de la iglesia con las fotos de los 29 fallecidos.

La visita del papa se realiza apenas 20 días después de otros dos atentados terroristas contra dos catedrales en el norte de Egipto, en los que murieron al menos 46 personas, la mayoría de ellos coptos. Francisco afirmó en una reunión con Teodoro II que las penas de los coptos ortodoxos “son también nuestros sufrimientos".

Ambos líderes religiosos firmaron una declaración conjunta por la cual los fieles bautizados según cada rito no tendrán que volver a bautizarse si quieren unirse a la otra Iglesia. Hoy el Papa celebrará una misa en el Estadio del Ejército del Aire egipcio, antes de que concluya su visita histórica de apenas 27 horas en El Cairo.

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