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Bahía de Cochinos, en Cuba, fue invadida nuevamente pero esta vez no por soldados respaldando a Estados Unidos en su afán por luchar contra Fidel Castro como sucedió en 1961, sino por millones de cangrejos rojos, amarillos y negros.
Cada año, después de las primeras lluvias de primavera, los cangrejos marchan por días desde los bosques circundantes hasta la bahía en la costa sur de Cuba para desovar en el mar, causando estragos en el camino.
Al amanecer y atardecer emergen, se desplazan rumbo al mar trepando por las paredes de las casas y cubriendo como una alfombra la carretera costera que rodea la bahía. El hedor de los cangrejos machacados inunda el aire y sus cáscaras afiladas pinchan los neumáticos.
"Entran de 30 a 40 sin darte cuenta", dijo Edian Villazón, quien trabaja en una cafetería de comida rápida frente al mar que no ofrece carne de cangrejo. Los cubanos consideran que la carne de ese tipo de cangrejo es tóxica.
"Tenemos que tener la puerta cerrada porque entran", dijo.
La Bahía de Cochinos, por donde entraron en 1961 exiliados cubanos en su frustrado intento por acabar con la revolución liderada por Castro, es hoy un parque nacional donde pueden ser observados un 80 por ciento de aves endémicas, cocodrilos y otras especies silvestres.
Con sus profundos pozos, arrecifes de coral y aguas color turquesa, la bahía es conocida como uno de los mejores sitios de Cuba para practicar el buceo. Los visitantes han aumentado en los últimos años, junto al auge del turismo luego de la distensión entre Estados Unidos y Cuba.
"Es muy sorprendente e impresionante ver tantos cangrejos y verlos cruzar tan rápidamente", dijo la turista francesa Emilie Lannegrand, de 36 años. Agregó que es "un poco desgarrador" ver tantos cangrejos aplastados en el camino.
Similares migraciones de cangrejos ocurren en otras partes de Cuba en la misma época del año, así como en otros ecosistemas como en las Islas de Navidad en Australia.
Para los cubanos que viven en la zona, la invasión de cangrejos es un buen negocio. Ito Molina, de 45 años, dijo que los turistas pagan felizmente 10 dólares por reparar sus neumáticos, una buena suma comparada con el salario promedio de los cubanos de alrededor de 25 dólares mensuales.
Para repararlos utilizan condones que sirven para muchos usos en Cuba debido a lo barato y a su fácil disponibilidad. "Todos los autos pasan por esta vía (...) todos los carros se ponchan. Entonces, nosotros en la carretera nos ponemos ahí y reparamos los neumáticos", señaló.
lrs