La fiscalía francesa confirmó ayer que el ataque del jueves en los Campos Elíseos de París, que dejó un policía muerto, dos elementos heridos y un transeúnte lesionado, fue un “acto terrorista”, en un atentado que empañó el último día de campaña en Francia para las elecciones presidenciales del domingo.
Las autoridades encontraron una nota cerca del cuerpo del atacante, quien fue abatido en el lugar, “escrita a mano, en la que defendía la causa del Estado Islámico”, indicó el fiscal antiterrorista, François Molins.
Se presume que el papel se le cayó del bolsillo al autor del ataque, el francés Karim Cheurfi, de 39 años. El Estado Islámico (EI) ya se había adjudicado el ataque. En el coche del sospechoso se encontraron otros papeles con las direcciones de varios servicios de policía. Además había un bolso deportivo con un fusil con acción de bombeo, dos cuchillos de cocina y tijeras de podar.
Molins explicó que el autor del ataque estuvo 13 años en prisión. Primero pasó 11 años preso tras disparar a dos policías en 2001. Estando en custodia, disparó y lesionó a un oficial al que le quitó su arma. Fue encarcelado de nuevo en 2013 por ofensas menores y liberado bajo fianza dos años después.
En ningún momento dio señales de radicalización. En febrero pasado estuvo bajo arresto domiciliario luego de que las autoridades supieran que intentó adquirir armas y sugiriera que quería matar a policías. Pese a hacerse registros y escuchas, no se hallaron evidencias de que se hubiera radicalizado o de que estuviera visitando sitios web extremistas, apuntó Molins.
El fiscal francés confirmó que el atacante estacionó su coche junto a un vehículo policial en los Campos Elíseos y disparó a través de la ventana del conductor. El agente Xavier Jugfele, de 37 años, recibió una bala en la cabeza y murió. Él ya había sido testigo de los estrago s del EI, ya que fue uno de los elementos que se reportó a la sala de conciertos del Bataclán en el atentado de 2015.
El atentado del jueves sacudió la recta final de la campaña electoral para la primera vuelta del domingo y colocó a la seguridad y a la lucha antiterrorista en el centro de los temas a abordar por los aspirantes. Tras conocerse el ataque, varios candidatos cancelaron sus actos de campaña.
Marine Le Pen, en su línea antiinmigración, urgió a retomar “inmediatamente” el control de las fronteras dentro de la Unión Europea y a expulsar a todos los extranjeros fichados por presunta radicalización. El gobierno socialista la acusó ayer de “instrumentalizar para dividir, alimentar sin vergüenza el miedo con fines exclusivamente políticos”.
El centrista Emmanuel Macron, señalado por falta de experiencia para manejar la amenaza terrorista, urgió a los franceses a no ceder al pánico y advirtió contra cualquier intento de capitalizar este ataque. El conservador François Fillon prometió que combatiría el terrorismo con “mano dura” y que “todos los individuos peligrosos” serán “puestos bajo detención”.
Jean-Luc Mélenchon, en cambio, mantuvo su agenda electoral, afirmando que “la violencia no tendrá la última palabra”.
No está claro el impacto del ataque en el resultado de las elecciones, ya que hasta ahora los votantes estaban más preocupados por temas económicos. En la primera encuesta realizada tras el ataque, Le Pen aumentó un punto porcentual y llegó a 23%, pero Macron seguía líder, con 24.5%. Fillon y Mélenchon retrocedieron medio punto, y están en 19% de las preferencias, según el sondeo Odoxa para el periódico Le Point. Para los analistas, esta incertidumbre es inédita y muestra una Francia nerviosa y dividida.