Un manifestante desnudo, únicamente con medias y zapatos deportivos, caminó entre una lluvia de gases lacrimógenos en la protesta opositora del jueves en Caracas y subió a una tanqueta militar mientras gritaba: "No lancen más bombas".
El singular episodio, que el presidente Nicolás Maduro calificó de "show", ocurrió en la estratégica autopista Francisco Fajardo, en el este de la capital venezolana, donde las fuerzas de seguridad y opositores se enfrentaron en un cruce de bombas lacrimógenas, cócteles molotov y piedras.
Frente a las cámaras de AFP y de otros periodistas que cubrían la marcha, el joven avanzó, a paso normal, hasta llegar a la barrera que formaban agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), tomándolos por sorpresa, y trepó con rapidez a un vehículo blindado llevando un libro en la mano.
"No lancen más bombas, por favor, no lancen más bombas", les pidió. Apenas pudieron reaccionar, unos policías le ordenaron: "¡Bájate! ¡Bájate!".
Poco después, terminó entre otros manifestantes siendo dispersado con bombas de gases y balas de goma, que a él le dejaron marcas en su espalda.
"No tienen límite para el ridículo. Todos los días un show", criticó el presidente Nicolás Maduro en una declaración televisada desde Fuerte Tiuna, principal instalación militar de Caracas.
"Qué cosa tan fea, terrible, una película de terror. Nada más nos queda reírnos", agregó el mandatario socialista entre risas.
Apenas ayer, durante previa protesta opositora en Caracas, la imagen de una mujer que hizo frente a otro vehículo armado de la policía antidisturbios de Venezuela le dió la vuelta al mundo.
Se convirtió en símbolo de la situación en Venezuela tras una jornada de marchas y concentraciones en la que murieron dos jóvenes (uno en Caracas, de 17 años; otra en San Cristóbal, de 23 años) por disparos y un sargento de la Guardia Nacional en el estado Miranda.
Los adversarios de Maduro mantienen desde el 1 de abril una oleada de protestas en Caracas y otras ciudades para exigir elecciones generales y respeto a la autonomía del Parlamento, de amplia mayoría opositora.
Las manifestaciones, que se prolongan por tres semanas, han derivado en fuertes disturbios que han dejado ocho muertos y centenas de heridos y detenidos.
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