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El desbordamiento de tres ríos en Colombia debido a las lluvias intensas arrasó 17 barrios de Mocoa, en el departamento de Putumayo, dejando entre 193 y 254 muertos, hasta 400 heridos y 220 desaparecidos, según cifras de autoridades y de la Cruz Roja, por lo que la ciudad fue declarada ayer en estado de calamidad por el presidente Juan Manuel Santos.
Calles cubiertas de lodo, casas derribadas, soldados cargando niños entre escombros, piedras y ramas, gente llorando en medio de casas y vehículos destrozados: las imágenes de lo que quedó de esta ciudad de 42 mil personas son impactantes. Un soldado, Desoderio Ospina, perdió la vida mientras intentaba rescatar a una familia.
Santos, quien cifró en 193 los decesos, visitó la zona del desastre y reiteró el apoyo del gobierno a los colombianos. “En la noche del viernes llovió 130 mililitros, 30% de lo que cae en un mes en Mocoa”, explicó. “Eso precipitó una creciente súbita de varios ríos [el Mocoa y sus afluentes Sangoyaco y Mulatos) y eso produjo una avalancha”, afirmó, antes de declarar la “calamidad pública” para “agilizar” las operaciones de rescate y ayuda. Anunció subsidios para quienes perdieron sus viviendas y abrió una cuenta bancaria para recibir donaciones para los damnificados. La Cruz Roja habló de 234 fallecidos y autoridades locales de 254. Los comercios permanecieron cerrados, tras reportes de saqueos.
De los heridos, 22 fueron transportados a Bogotá. Las autoridades reportaron que los hospitales locales estaban abarrotados. El alcalde de Mocoa, José Antonio Castro, dijo que el desbordamiento de los tres ríos borró del mapa decenas de edificaciones en el departamento. Mocoa es la capital del selvático departamento del Putumayo, una región petrolera y agrícola fronteriza con Ecuador y Perú.
La ciudad quedó sin servicio de energía eléctrica, agua potable, la comida escasea y las comunicaciones están interrumpidas. Tres puentes que dan acceso a la ciudad cayeron al paso del alud. Los habitantes de los 17 barrios inundados por el desbordamiento de los ríos relataron que vivieron momentos de angustia y consideraron un milagro el estar vivos.
Carlos Iván Márquez, director de la agencia nacional de desastres de Colombia, informó que el río se desbordó alrededor de la medianoche, tomando por sorpresa a los residentes. “Eran las 11:30 cuando sonó como una bomba, durísimo”, comentó un señor de mediana edad a la televisión local Caracol. Indicó que el estruendo duró unos 15 minutos. “Hay mucha gente buscando a sus parientes”, afirmó el vocero de la Cruz Roja, Óscar Forero.
Testigos dijeron que sintieron cómo vibraban los edificios, y aunque sonó una alarma, no se escuchó en toda la ciudad. “Perdimos nuestra casa y todas nuestras cositas, pero estamos con vida, corrimos con suerte”, indicó María Clemencia Ordóñez, una de las afectadas.
La tragedia supera el más reciente desastre natural de Colombia, el de otra avalancha que destruyó el 18 de mayo de 2015 la localidad de Salgar, en el departamento de Antioquia, dejando al menos 104 muertos.
La comunidad internacional ofreció su apoyo a Colombia. Naciones Unidas, la Unión Europea y los gobiernos de México, Ecuador, Argentina, Brasil, España y Francia, entre otros, enviaron mensajes de condolencias al presidente Santos y dijeron estar listos para colaborar. Venezuela dijo que enviará rescatistas. La ola invernal en Sudamérica no sólo ha golpeado a Colombia, sino a Perú, donde van 101 muertos, y Ecuador, con 21 decesos.
Martín Santiago, jefe de la ONU para Colombia, aseguró que el “cambio climático está generando resultados tremendos desde el punto de vista de la intensidad y la magnitud de estos efectos naturales, como el que acabamos de ver en Mocoa”.