El FBI obtuvo una orden secreta el verano pasado para monitorear las comunicaciones de un asesor del entonces candidato presidencial Donald Trump, como parte de una investigación sobre posibles nexos entre Rusia y la campaña del republicano, revelaron ayer funcionarios y autoridades al diario estadounidense The Washington Post.

El funcionario en cuestión es Carter Page, miembro del comité asesor del equipo para los comicios presidenciales, quien ya en marzo admitió haberse reunido con el polémico embajador ruso Sergei Kislyan en una conferencia al margen de la Convención Nacional Republicana en julio de 2016.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Departamento de Justicia obtuvieron la orden de monitoreo tras convencer a un juez de la Corte de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de que había razones para creer que Page estaba actuando como agente de Rusia, de acuerdo con los funcionarios citados por el Post. Se trata, señaló el rotativo, de la evidencia más clara hasta el momento de que el FBI tenía razones para creer durante la campaña presidencial de 2016, que un asesor de Trump estaba en contacto con agentes rusos.

Las revelaciones sobre contactos del equipo Trump con agentes rusos desataron una tormenta política en Estados Unidos que no deja de crecer y alcanzó en marzo incluso al fiscal general Jeff Sessions, quien en marzo se puso al margen de cualquier pesquisa sobre la presunta interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de noviembre pasado, tras revelarse que se reunió con Kislyan, al igual que hicieran Page y J. D Gordon, quien fue director de seguridad nacional de la campaña de Trump.

En febrero, el mandatario despidió a su asesor de seguridad nacional Michael Flynn por revelaciones de que discutió las sanciones de EU a Rusia con el embajador ruso antes de que el republicano asumiera la presidencia estadounidense.

Page, quien en julio pasado viajó a Rusia y se habría reunido con Igor Sechin, asesor del presidente Vladimir Putin, rechazó ayer haber actuado mal. “Esto confirma mis sospechas sobre una vigilancia injustificada, políticamente motivada, del gobierno”, dijo en entrevista, según el Post. “No tengo nada que esconder”, añadió, e incluso comparó el monitoreo de sus conversaciones con las escuchas que el FBI y el Departamento de Justicia realizaron al líder de derechos civiles Martin Luther King Jr.

En febrero, el director del FBI admitió que se investigan los esfuerzos del gobierno ruso para interferir en las presidenciales estadounidenses, a favor de Trump y en contra de la candidata demócrata Hillary Clinton.

El gobierno ruso rechaza cualquier interferencia y asegura que se trata de una “cacería de brujas” y que los contactos con funcionarios de EU son algo normal.

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