Más Información
Cárteles mexicanos reclutan a estudiantes de química para producir fentanilo, asegura NYT; buscan crear una droga más fuerte y adictiva
Ambientalistas condenan manejo de fauna en el Tren Maya; “La biodiversidad de México no debe ser sacrificada en nombre del progreso”
Senadores de Morena ven Corredor Interoceánico vital para diversificar comercio; representa un centro estratégico global
México y Guatemala fortalecen colaboración; INM aborda flujos migratorios con autoridades de ambos países
El sismógrafo instalado en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, ubicado a unos 500 metros del Camp Nou, detectó un “minúsculo terremoto” en el momento en el que los 100 mil espectadores del estadio celebraron el gol de la victoria en el último segundo del partido del Barcelona contra el Paris Saint-Germain, informó El País.
Jordi Díaz, sismólogo del instituto, dependencia del Consejo Superior de Investigaciones Cintíficas de España, aseguró que "es la mayor vibración de este tipo registrada hasta ahora” por el aparato, adquirido hace cinco años.
El sismograma incluso refleja la celebración tras cada uno de los goles del Barça. La amplitud de la señal sísmica en el primer gol es similar a la detectada en la celebración de cualquier otro partido.
El equipo azulgrana necesitaba remontar el 4-0 registrado en el partido de ida en los octavos de final de la Champions League. El segundo y el tercer gol del Barcelona aparecieron en el sismógrafo con una amplitud ligeramente mayor a la media, señaló el especialista.
En el gol del PSG, así como en el cuarto y quinto del equipo culé el ambiente se enfrío y la celebración apenas y fue registrada por el aparato.
Pero fue con el 6-1 que llegó lo que el sismólogo llamó “la apoteosis”.
¿CÓMO FUNCIONA?
El especialista explica que las vibraciones generadas por el movimiento acompasado de los hinchas se transmiten como ondas sísmicas. Díaz suele medir estas señales durante partidos de fútbol, así como en conciertos, como los de Bruce Springsteen y U2 en el Camp Nou.
Explica que al comparar las vibraciones, estas “tienen propiedades diferentes. No es lo mismo dar un salto que bailar”.
Estudiar esta extraña “sismología urbana” permite a los investigadores entender cómo se propagan las ondas para intentar comprender mejor los sismos naturales.
Sin embargo, Díaz señala que sería muy difícil calcular la magnitud del temblor de ayer, debido al tipo de señal, pues “es una vibración que la gente no notaría a sólo 100 metros de distancia, porque se apaga pronto”. “De las cosas más tontas se aprende”, dijo Díaz con una sonrisa al diario español.
ae