Máximo y Florencia Kirchner, hijos de la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, acusaron “persecución política judicial” en su contra, por lo que negaron los cargos y pidieron ayer en su comparecencia ante la justicia ser sobreseídos en un caso en el que, junto a su madre, son investigados por presunto lavado de dinero y pago de sobornos.
Los hijos de la ex mandataria se presentaron ayer por primera vez en los tribunales, no declararon pero sí entregaron dos escritos al juez a cargo de la investigación, Claudio Bonadío, quien mañana le tomará testimonio en su despacho a Kirchner.
“Solicito que se dicte mi sobreseimiento en orden a tales cargos”, dijo Florencia, quien además solicitó al juez que levante un embargo impuesto a sus bienes y salarios.
Máximo, informó la agencia de noticias estatal Télam, incluyó en su presentación de defensa una declaración contra el presidente argentino, Mauricio Macri, al que acusó de tener a su cargo un “enjambre societario” compuesto por “50 [empresas] off shore” radicadas en “paraísos fiscales” en el exterior.
Máximo y Florencia Kirchner estuvieron, en forma separada, durante poco más de media hora ante el magistrado. Lo hicieron acompañados por su abogado, Carlos Beraldi.
Ambos aseguraron que la investigación que los involucra forma parte de una “persecución política judicial” y “hostigamiento mediático”, indicó la agencia de noticias DyN.
Unos 600 policías custodiaron el arribo y la salida de los hijos de Kirchner en los tribunales. Además, cientos de militantes de la agrupación política kirchnerista La Cámpora protestaron afuera del juzgado.
El juez Bonadío sospecha que los Kirchner participaron de operaciones inmobiliarias realizadas por la empresa familiar Los Sauces. Cristina Kirchner fue citada por el juez para declarar mañana. Será la tercera vez que dé su testimonio ante la justicia desde que dejó el poder, en diciembre de 2015.