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El Gobierno de Estados Unidos prohibió hoy en un nuevo decreto la entrada al país durante 120 días de los refugiados de todo el mundo, con el fin de reforzar los procedimientos de seguridad y asegurarse de que las personas que piden asilo no suponen una amenaza para la seguridad de los estadounidenses.
En la anterior orden, bloqueada en los tribunales, se prohibía de manera indefinida la entrada de refugiados sirios a Estados Unidos, pero esta vez el Gobierno no los menciona de manera específica y los incluye con el resto de refugiados, por lo que tendrán prohibida su entrada al país durante 120 días.
"He suspendido temporalmente el programa de admisión de refugiados mientras se revisan nuestros procedimientos de control y examen a los refugiados" que desean entrar en el país, dijo el presidente, Donald Trump, en su nueva orden ejecutiva.
No obstante, el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado estudiarán caso por caso las solicitudes de los refugiados durante esos 120 días y podrán otorgar un permiso de entrada a algunos de ellos para entrar a Estados Unidos "cuando esté en el interés nacional de EEUU", según la nueva orden.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, confirmó en una comparecencia ante la prensa que su Departamento "implementará las provisiones en esta orden que permitan la admisión de refugiados cuando se determine que no presentan un riesgo para la seguridad o el bienestar de Estados Unidos".
Sin embargo, el Gobierno de Trump insistió en su teoría de que el programa de refugiados puede servir para la entrada de terroristas, pese a los rigurosos controles a los que deben someterse durante años quienes desean obtener asilo en EEUU.
"Sabemos que mucha gente que busca apoyar o cometer actos terroristas tratará de entrar al país mediante nuestro programa de refugiados", dijo hoy el fiscal general, Jeff Sessions.
"De acuerdo con el FBI, hay más de 300 personas que llegaron aquí como refugiados y que están hoy sujetos a una investigación del FBI por potenciales actividades relacionadas con el terrorismo", agregó.
El Gobierno no dio detalles sobre las nacionalidades de los refugiados sujetos a investigación, aunque la orden ejecutiva firmada por Trump cita dos ejemplos de refugiados condenados por actividades terroristas en Estados Unidos.
En 2013, dos iraquíes que habían llegado al país como refugiados en 2009 fueron sentenciados a largas penas en prisión por "ofensas relacionadas con el terrorismo"; y en 2014, un somalí que había llegado al país como refugiado cuando era un niño y luego se convirtió en ciudadano estadounidense intentó detonar una bomba en una ceremonia navideña en Portland (Oregón), según la orden.
Una vez se reanude la admisión de refugiados en Estados Unidos, se permitirá la entrada de un máximo de 50.000 en el año fiscal 2017, un límite idéntico al contenido en la primera versión del veto, emitido en enero y cuya ejecución fue suspendida por un juez federal.
Esa cifra límite reduce a menos de la mitad el tope marcado para ese mismo año fiscal por el Gobierno del expresidente Barack Obama, quien había autorizado la entrada de un máximo de 110.000 refugiados, un aumento del 57 % respecto de 2015.