El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó ayer en Twitter a Barack Obama de espiar su oficina de Nueva York durante la campaña electoral, sin aportar pruebas que sustenten esta grave acusación, la cual fue calificada de falsa por un portavoz del ex mandatario.
Por la tarde, cientos de personas se manifestaron en ciudades de Colorado, Nueva York y Florida, entre otras, en apoyo al actual mandatario, en lo que se llamó “March 4 Trump”. Seis personas que protestaban en St. Paul, Minnesota, fueron arrestadas por vandalismo. También hubo algunos actos en contra del jefe de Estado.
Las manifestacions ocurrieron horas después de que Trump tuiteara: “¡Terrible! Acabo de saber que Obama me espió en la Torre Trump justo antes de la victoria. No encontró nada. ¡Esto es McCartismo!”, haciendo referencia a la persecución comunista en EU durante la Guerra Fría. En otro tuit comparó a Obama y el presunto espionaje con el ex presidente Richard Nixon y el escándalo Watergate. “¡Qué bajo ha caído el presidente Obama escuchando mis llamadas durante el tan sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. ¡Chico malo [o enfermo]!”, dijo.
“¿Es legal que un presidente haga escuchas telefónicas a la campaña de un candidato antes de unas elecciones? Esto ha sido anteriormente rechazado por los tribunales”, recordó el republicano, quien consideró: “Un buen abogado podría hacer un gran caso con el hecho de que el presidente estaba interviniendo mis teléfonos en octubre, ¡justo antes de las elecciones!”.
Kevin Lewis, portavoz de Obama, negó rotundamente la acusación a través de un breve comunicado: “Ni el presidente Obama ni ningún funcionario de la Casa Blanca han ordenado nunca la vigilancia de ningún ciudadano estadounidense. Cualquier otra sugerencia al respecto es simplemente falsa”. Recordó que una de las reglas de oro del gobierno de Obama era que “ningún funcionario de la Casa Blanca interferiría nunca en ninguna investigación independiente del Departamento de Justicia”. Poco antes, Ben Rhodes, ex asesor de Seguridad Nacional de Obama, respondió a Trump en Twitter: “Ningún presidente puede ordenar escuchas telefónicas. Estas restricciones se pusieron para proteger a ciudadanos de gente como tú”.
Esta grave acusación se produce cuando la administración Trump enfrenta una vez más cuestionamientos sobre los contactos de su equipo de campaña con Rusia antes de tomar posesión, por lo que analistas políticos se preguntan si se trata de una maniobra de distracción.
Recorte masivo. En su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2018, que presentará a mediados de marzo, el presidente Trump planea un recorte de alrededor de 37% en el presupuesto del Departamento de Estado, adelantaron esta semana varios medios, una drástica reducción que, de aprobarse, podría limitar la asistencia estadounidense al desarrollo y la ayuda económica a Latinoamérica, según expertos consultados por EFE.
La Casa Blanca no ha confirmado la cifra de recortes, pero un portavoz de la oficina de presupuesto, John Czwartacki, subrayó que el gobierno “gastará menos en otros países a medida que defina nuevas prioridades para emplear los dólares de los contribuyentes estadounidenses”. El recorte se ha topado con la resistencia de republicanos y demócratas en el Congreso, además de críticas.