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La ex presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, fue arrestada y encarcelada hoy, viernes, por alegatos de corrupción que de antemano acabaron con su tumultuoso gobierno de cuatro años y conllevaron a una elección para elegir a su sucesor.
Un convoy de vehículos, que incluía un sedán negro donde Park era trasladada, ingresó a un centro de detención cerca de Seúl luego de que la Corte Central de Distrito de Seúl aceptó una petición de arresto de la fiscalía. Simpatizantes de Park la saludaban mientras coreaban “presidenta” cuando el vehículo entró al lugar.
“Está justificado y es necesario arrestar [a Park] una vez demostrados los hechos y porque hay riesgo de que se puedan destruir evidencias”, señaló el tribunal en un comunicado.
Los fiscales pueden mantenerla detenida hasta 20 días antes de presentarle cargos. Una vez que eso sucede, una corte de distrito normalmente emite un fallo en un lapso de seis meses.
La decisión de la corte de Seúl es otro humillante revés para Park, la primera mujer presidenta de Corea del Sur, elegida en 2012 en medio de una ola de nostalgia conservadora por su padre, un fallecido dictador que gobernó durante 18 años y cuyo régimen estuvo marcado por un rápido crecimiento económico y una enorme cantidad de abusos de derechos civiles.
La caída en desgracia de la ex presidenta se inicio a mediados de 2016, cuando se reveló que su amiga y confidente Choi Soon-sil, que nunca ocupó ningún cargo oficial, aprovechó su influencia para conseguir que grandes compañías surcoreanas le pagaran millones de dólares. En diciembre, la Asamblea Nacional destituyó a Park para levantarle la inmunidad e investigarla. El Tribunal Constitucional confirmó la destitución el 10 de marzo.
“La acusada abusó de sus poderes y de su estatuto de presidenta para recibir sobornos de las empresas o para violar el principio de libertad de gestión empresarial”, aseguró en un comunicado la fiscalía, que considera que Park actuó como cómplice de Choi.