Los gobernantes y cancilleres de 10 países de Mesoamérica que suman más de 222 millones de habitantes —desde México, por el norte, a Colombia, por el sur— se reunirán hoy y mañana en Costa Rica en una cumbre que, pese a las expectativas de nuevas declaraciones con múltiples promesas, estará dominada por el futuro del nexo regional con Estados Unidos, los conflictos migratorios interamericanos y la crisis en Venezuela.

La cita de los mandatarios de México, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá y República Dominicana y de delegados de El Salvador, Nicaragua y Belice se realizará mañana, pero los cancilleres de esas naciones que integran el Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla tendrán hoy una ronda de debates previos. Los gobernantes realizarán la XVI cumbre de ese proceso.

Aunque fue convocada para deliberar sobre las alianzas públicas y privadas para el desarrollo, un factor clave del encuentro será el de los vínculos del área con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, marcados por las nuevas políticas restrictivas migratorias de Washington para la masiva deportación de migrantes irregulares, en su mayoría mexicanos y centroamericanos.

El bloque político, que es un grupo de alto nivel para articular la cooperación regional, fue creado en 1996 con una declaración Conjunta de los jefes de Estado y de gobierno de Centroamérica y México. Inicialmente se conoció como Plan Puebla-Panamá y luego como Proyecto Mesoamérica.

Entre los elementos centrales de esta estructura a la que luego se unieron Colombia, como una nación del extremo sur del área que está estrechamente ligada a Centroamérica como México y es lazo con la parte sudamericana del continente, hay cinco programas bases: la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas, el Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central, Mesoamérica sin hambre, la Red Mesoamericana para la Gestión Integral del Riesgo y la iniciativa Salud Mesoamericana 2015.

Aparte de los asuntos socioeconómicos de negociación entre los 10 países del campo mesoamericano, la crisis general venezolana, con fuertes choques institucionales, profundas carencias de artículos básicos de consumo humano y crecientes arrestos por razones políticas, también concentrará las pláticas en San José. Las citas coinciden con los debates sobre Venezuela de ayer y hoy en la Organizaciones de Estados Americanos.

Otro factor de inquietud es el migratorio, que acapara las prioridades políticas en la actualidad luego de que Trump, en sus dos primeros meses de gobierno, reconfirmó sus planes para endurecer las políticas que eviten la migración irregular. Mexicanos, guatemaltecos, hondureños y salvadoreños están en el foco central de las iniciativas del republicano.

Estadísticas de la Dirección de Migración de Guatemala entregadas ayer a EL UNIVERSAL mostraron que, por sus fronteras terrestres con suelo guatemalteco, México deportó un total de 7 mil 801 guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y, en menor número, nicaragüenses del 1 de enero al 24 de marzo de 2017.

Datos de los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras precisaron que, sin todavía concluir el primer semestre de 2017, EU repatrió por vía aérea a 26 mil 370 guatemaltecos, hondureños y salvadoreños desde el primero de enero de este año a la semana pasada. Del 1 de enero al 31 de marzo de 2016, las expulsiones de centroamericanos desde México sumaron 7 mil 278 y llegaron a 7 mil 925 en ese mismo periodo de 2015, según datos oficiales. Del 1 de enero al 20 de marzo de 2017, EU deportó a 16 mil 51 guatemaltecos, frente a 28 mil 306 en el primer trimestre de 2016 y 38 mil 243 en el de 2015, informó la dirección.

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