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El ministro francés del Interior, Bruno Le Roux, se vio hoy obligado a dimitir ante las sospechas de que empleó de forma fraudulenta a sus hijas adolescentes como asistentes parlamentarias, en medio de la tormenta provocada en el país por el "caso Fillon".
Un día después de que la televisión "TMC" revelara que entre 2009 y 2016 las dos hijas del ministro socialista habían pasado casi todas sus vacaciones escolares trabajando como asistentas parlamentarias suyas, Le Roux compareció ante los medios para anunciar que, aunque se considera inocente, no quiere entorpecer la acción del Ejecutivo.
Lo hizo después de que la Fiscalía Nacional Financiera abriera una investigación preliminar sobre el caso y tras haber despachado con el presidente, François Hollande, y con el primer ministro, Bernard Cazeneuve, que visiblemente molesto había recordado en un discurso el deber de "rigor" de todos los servidores públicos.
También lo instó a dimitir el candidato socialista a la presidencia, Benoît Hamon, que no podía permitirse ver en el gobierno de su partido a un ministro enfrentado a acusaciones similares a las que desde hace semanas lastran la campaña del candidato conservador, François Fillon.
El empleo de familiares como asistentes parlamentarios es una práctica corriente en Francia, pero tanto en el caso de Penelope Fillon y de dos de los hijos del matrimonio, como en el de las hijas de Le Roux, hay sospechas de fraude.
El hasta hoy ministro del Interior, diputado por el departamento de Seine-Saint-Denis, al norte de París, empleó a sus hijas desde que éstas no eran más que estudiantes de instituto.
Les firmaba contratos cortos que cubrían los periodos de vacaciones escolares, algo que permite la legislación francesa.
Una comenzó trabajar con tan solo 15 años y la otra con 16, contratos que repitieron 10 veces en un caso y 14 en el otro.
Según la cadena "TMC", que reveló el caso, se trataba de contratos de entre 850 y 3 mil 500 euros al mes, por los que totalizaron unos 55 mil euros.
En su declaración de dimisión, el ministro aseguró que eran contratos "legales" y que correspondieron a trabajos efectuados de verdad, para desmarcarse de los empleos falsos que se le atribuyen a Fillon.
Pero "TMC" reveló algunas contradicciones, como el hecho de que uno de esos contratos, firmado en 2013, coincidiera con un trabajo becado de una de las hijas en Bélgica.
O que otro, que data de 2015, se prolongara más allá del periodo vacacional y entrara en el periodo lectivo, algo que impide la ley.
Le Roux tendrá que demostrar la legalidad de los contratos si finalmente la investigación preliminar se traduce en una instrucción judicial, como sucedió en el caso Fillon, que imputado por malversación.
El hasta hoy ministro aseguró que utilizó esa práctica para pasar más tiempo con sus hijas y para que éstas tuvieran una experiencia formativa y no dijo arrepentirse de haberlo hecho.
Su dimisión se produce tres meses y 15 días después de su llegada al Ejecutivo en sustitución de Bernard Cazeneuve, quien a su vez había sido nombrado primer ministro tras la salida en diciembre pasado de Manuel Valls.
Considerado un hombre de aparato, fiel de Hollande, Le Roux era el presidente del grupo parlamentario socialista, siempre candidato a entrar en el Ejecutivo.
A poco más de un mes de la primera vuelta de las presidenciales, el jefe del Estado sufre un nuevo revés que contribuirá a enturbiar su paso por el Elíseo.
Hollande nombró en el puesto de ministro del Interior a Mathias Fekl, que ocupaba la secretaría de Estado de Comercio Exterior y que es uno de los miembros del Ejecutivo más activos en el apoyo al candidato Hamon.
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