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El líder de la minoría demócrata en el Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, pidió hoy la dimisión del fiscal general, Jeff Sessions, tras revelarse que mantuvo reuniones con el embajador ruso en Washington durante la campaña presidencial, algo que ocultó más tarde durante su confirmación ante la Cámara alta.
"Por el bien del país, el fiscal general Sessions debería dimitir (...). Las revelaciones que conocimos la pasada noche son especialmente problemáticas", aseguró Schumer en una rueda de prensa desde el Capitolio, sobre los encuentros del fiscal general con Sergey Kislyak, embajador ruso en Washington.
El senador demócrata solicitó, además, que se designe a "un fiscal especial que no tenga relación con este Gobierno" para encabezar la investigación sobre la posible injerencia rusa en EU y señaló que "la integridad de nuestro brazo ejecutivo está en entredicho".
"No puede haber la más mínima sombra de duda sobre la imparcialidad y legitimidad del fiscal general, el primer garante de la ley del país. Después de esto, está claro que el fiscal general no pasa esta prueba", agregó Schumer.
Sessions, cuyo cargo equivale al de ministro de Justicia, es precisamente el encargado de supervisar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa durante los comicios a la Casa Blanca y los presuntos vínculos entre la campaña del ahora presidente, Donald Trump, y el Kremlin.
El diario The Washington Post reveló el miércoles por la noche que los encuentros de Sessions, entonces senador por Alabama y asesor de la campaña de Trump, con el embajador Kislyak se produjeron en julio y en septiembre del año pasado, justo antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Estas revelaciones amenazan con abrir una nueva crisis en el Gobierno de Trump, que ya vio hace unas semanas cómo los contactos con Kiskyak antes, durante y después de las elecciones le costaban el puesto al entonces asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, el general Michael Flynn.
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