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“America First” (Estados Unidos primero), la frase que resume el rumbo de la política del gobierno de Donald Trump, se hizo sentir ayer en la reunión ministerial del G-20, al hacer añicos la postura comercial común defendida durante años por los ministros de Finanzas y lograr que se omitiera en la declaración final una defensa clara del libre comercio y la lucha contra el cambio climático, y además advirtió a sus socios que está dispuesto a renegociar sus compromisos dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
A pesar de horas de negociaciones y debates, el G-20 no logró encontrar la formulación correcta para incluir un apartado a favor del libre comercio y en contra del proteccionismo que satisficiera a todos los presentes. “Trabajamos para reforzar la contribución del comercio a nuestras economías” se limita a afirmar la declaración final de la cumbre que se celebró el viernes y sábado en esta localidad alemana entre los ministros de Finanzas de las grandes economías y de las principales naciones emergentes del mundo.
Sin embargo, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, insistió en que el gobierno de su país cree en un “comercio libre y justo”. “Hemos dejado muy claro que creemos en el libre comercio, pero también que creemos en un comercio equilibrado y que es importante hacer correcciones donde haya superávits comerciales excesivos o déficits comerciales”, declaró Mnuchin, quien insistió en que el foco de interés de la administración Trump es EU.
Mnuchin señaló que EU está dispuesto a renegociar tratados de libre comercio incluyendo los multilaterales suscritos en el marco de la OMC, conformada por 164 países. “Queremos reexaminar algunos acuerdos, hemos hablado de reexaminar el TLCAN [de Estados Unidos con México y Canadá]”, explicó. “Algunas partes de la OMC no son aplicadas y vamos a intentar con pugnacidad que se apliquen en interés de los trabajadores estadounidenses”, añadió en rueda de prensa.
La OMC nació en 1994 en Ginebra y es el foro donde se dirimen complejos diferendos comerciales entre naciones, mediante paneles de expertos que suelen tardar años en dictar sentencias.
Respecto de declaraciones anteriores de la cumbre que han defendido el libre comercio, Mnuchin dijo que “el lenguaje usado tradicionalmente no fue relevante... Todos estuvimos de acuerdo en que la prioridad es promover el crecimiento en nuestro países”.
El comunicado del G-20 Finanzas tampoco menciona el gran pacto de lucha contra el cambio climático, el Acuerdo de París de 2015. El tema “no me incumbe”, indicó Mnuchin.
El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, dijo que el texto final de la reunión del G-20 resume “un desacuerdo entre un país y todos los demás”.
El descontento fue patente y muchos no pudieron ocultar su incompresión sobre cómo ciertos postulados populistas pueden hacer peligrar el laborioso equilibrio en comercio mundial. El ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, puso a su país de ejemplo de los efectos negativos que una política proteccionista puede suponer a una economía.
“Los latinoamericanos, pero en especial los argentinos, somos los que más hemos sostenido el populismo económico y por más largo tiempo”, declaró. “El pasado argentino es una prueba de las consecuencias negativas que puede acarrear el populismo en un país y su economía. El G-20 debería tomar nota de nuestra experiencia”, insistió.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, llamó a una cooperación global para sostener el “ritmo de crecimiento económico actual”, y en cuanto a EU dijo que el gobierno de Trump está “en fase de adaptación” al G-20.