El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Se-ssions, aseguró ayer que nunca dijo al presidente Donald Trump que su antecesor, Barack Obama, hubiera ordenado grabar sus conversaciones en su Torre de Manhattan durante la campaña presidencial.
Las declaraciones de Sessions dejan aún más solo a Trump, quien tendrá que defender en solitario las acusaciones que hizo sin pruebas contra Obama vía Twitter.
En un tuit publicado a comienzos de mes, el presidente acusó a Obama de “hacer que se ‘pincharan mis teléfonos’ en la Torre Trump” de Nueva York, donde el magnate vivía y trabajaba durante la campaña electoral de 2016.
“No he hablado con el presidente de eso, ni con la gente que investiga el caso”, afirmó Sessions ayer en respuesta a preguntas de la prensa durante una visita a Richmond (Virginia) para conversar con la policía local sobre sus esfuerzos para combatir el crimen.
Por su parte, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, Devin Nunes, dijo que “no hay pruebas” de las acusaciones del presidente Trump sobre el presunto “pinchazo” telefónico de la Torre Trump a manos de Obama, y agregó que no cree que eso ocurriera. “No tenemos ninguna prueba de que eso ocurriera. No creo que hubiera un pinchazo de la Torre Trump”, dijo Nunes ante periodistas.
El Comité de Inteligencia de la Cámara Baja es el encargado de investigar la presunta injerencia del gobierno ruso en las elecciones presidenciales de noviembre, caso en el que Trump solicitó que también se incluyeran las supuestas prácticas de escucha ilegal que, según él, llevó a cabo el Ejecutivo de Obama. Por la tarde, en entrevista con Fox News, Trump dijo que “muy pronto”, en las próximas dos semanas “habrá [en este caso] algunas cosas interesantes que quedarán en primer plano”.
El Departamento de Justicia pidió el lunes al Congreso un mayor margen de tiempo para aportar pruebas sobre la acusación de Trump contra Obama, algo que deberá hacer hasta el 20 de marzo.