Cuando faltan tan sólo 40 días para las elecciones presidenciales en Francia, el candidato conservador, François Fillon, fue imputado ayer por los supuestos empleos falsos atribuidos a su mujer y dos de sus hijos, un escándalo que ha relegado el contenido de su programa electoral a un segundo plano.
Fillon, que fue primer ministro de Nicolas Sarkozy, estaba citado hoy ante los jueces de instrucción, pero la comunicación de los cargos se adelantó un día a petición de su abogado para que la audiencia “pudiera desarrollarse con tranquilidad”.
Fillon fue imputado por desvío y apropiación indebida de fondos públicos y por no haber declarado a la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública un préstamo de 50 mil euros concedido por el empresario Marc Ladreit de Lacharrière. Su “viacrucis” judicial, mediático y político comenzó el pasado 25 de enero cuando el semanario Le Canard Enchaîné reveló que su mujer, Penelope, y dos de sus hijos habían estado contratados como asistentes parlamentarios sin ejercer esas funciones. La Fiscalía Nacional Financiera abrió ese mismo día una investigación. El candidato insiste en calificarse como víctima de la “instrumentalización” de la Justicia.
En tanto, la fiscalía de París abrió investigaciones preliminares por un posible caso de favoritismo en relación a un viaje a Estados Unidos del candidato a la presidencia Emmanuel Macron en enero de 2016, cuando era ministro de Economía, confirmaron fuentes judiciales.
El movimiento de Macron —segundo en las encuestas—, “En Marche!” (“en marcha”, en francés), aclaró en un comunicado que la investigación no es contra Macron ni contra su entonces equipo de colaboradores. Las acusaciones se dirigen contra Business France, que encargó la organización del acto, y la agencia de publicidad a la que se lo pidió, Havas.