La Casa Blanca divulgó anoche una parte mínima de la información fiscal del presidente Donald Trump, minutos antes de que una periodista lo hiciera en horario de máxima audiencia televisiva y saliendo al paso de la que iba a ser la primera filtración de impuestos desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, el pasado 20 de enero.
Trump se negó durante la campaña ha hacer públicas sus declaraciones fiscales esgrimiendo que no eran de interés público y que estaban en pleno proceso de auditoría, un hecho que rompía una tradición de transparencia de todos los candidatos presidenciales, desde Richard Nixon.
Rachel Maddow, presentadora de un programa con su nombre en MSNBC, anunció ayer que el periodista David Cay Johnston, ganador del Pulitzer y al frente del portal DCReport.org, recibió en su buzón una carta con dos páginas de la declaración de la renta del magnate correspondiente al año 2005.
Antes de la emisión del programa, la Casa Blanca detalló en un comunicado el contenido de la declaración: el entonces magnate inmobiliario había ingresado 150 millones de dólares (una gran parte de la venta de dos inmuebles en San Francisco y Hong Kong, según The Daily Beast) y pagado 38 millones en impuestos federales, cumpliendo con una tasa fiscal del 25%. La Casa Blanca defendió que antes de ser presidente, Trump “fue uno de los empresarios más exitosos del mundo” que trató de “no pagar más impuestos que los legalmente requeridos”.
Añadió: “Estás desesperado por audiencia cuando estás dispuesto a violar la ley por presionar una historia sobre dos páginas de una declaración de impuestos de hace más de una década. [Es] totalmente ilegal robar y publicar declaraciones de impuestos”. La periodista, por su parte, aseguró que la difusión estaba amparada en la primera enmienda constitucional y en la libertad de prensa.
La información revelada por la Casa Blanca coincide con la de los periodistas; Cay Johnston, experto en el tema, determinó que los números “encajan” con lo previsto en función de la información que se tiene del actual presidente en aquella época. No es la primera vez que se conocen detalles de las declaraciones de impuetos de Trump, pero sí la primera desde que es presidente. El 1 de octubre del año pasado, a poco más de un mes de las elecciones, el The New York Times tuvo acceso a tres páginas de la declaración de 1995, en la que declaró pérdidas por 916 millones de dólares.
Eso le daba opción a esquivar el pago de impuestos federales por hasta 18 años, algo que Hillary Clinton, la candidata demócrata a la presidencia, usó en los debates para atacarlo y asegurar que “escondía algo”. “[No pagar impuestos] me haría muy inteligente”, bromeó Trump entonces. Según los datos conocidos ayer, no usó esa opción.
Ayer, una de las primeras dudas que surgió fue el origen de la filtración, que llega incluso al propio presidente. En la segunda página filtrada se observa un sello con la frase “CLIENT COPY” (copia del cliente), lo que hace sospechar que fue Trump, o alguien cercano a él, quien decidió publicar esas cifras. “Donald (Trump) tiene un largo historial de filtrar material sobre él cuando cree que es por su propio interés”, reconoció Cay Johnston. En la filtración de octubre de 2016 al The New York Times, el diario destacó que la carta llevaba como remitente la Torre Trump.
La información dada a conocer, sin embargo, no aclara ninguna de las dudas que se ciernen sobre el presidente. Los datos de la declaración de impuestos no detallan de dónde salió el dinero, pieza clave para conocer las conexiones y potenciales conflictos de interés de Trump. Tras la publicación de estas cifras, las peticiones para que difunda de forma completa sus declaraciones se han hecho más fuertes.