La canciller alemana, Angela Merkel, aterriza mañana en Washington para su primer encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La reunión estará marcada por un áspero inicio de las relaciones entre la líder alemana y nuevo inquilino de la Casa Blanca. En la antesala de su inauguración, Trump afirmó que Merkel cometió un “error catastrófico” al permitir que más de un millón de inmigrantes ingresaran al país en 2015. También ha dicho que la Unión Europea es “un vehículo de Alemania”.

Por su parte, Merkel criticó, en su momento, el decreto de Trump dirigido a bloquear la migración procedente de siete países de mayoría musulmana, calificándolo de ser una violación a las obligaciones asumidas en la Convención de Ginebra.

La jefa del Estado alemán, igualmente ha abogado por el ejercicio de una prensa libre e i ndependiente y ha dicho tener “un alto respeto por los periodistas”.

Si bien, no hizo mención directa a Trump, quien ha clasificado a los periodistas como “las personas más deshonestas”, el mensaje fue lanzado ante una audiencia que incluía entre los invitados al vicepresidente estadounidense, Mike Pence.

“Merkel no es una persona que caiga en provocaciones o se deje llevar por emociones. Tampoco se deja por relaciones personalizadas al estilo de Berlusconi o Putin”, dice a EL UNIVERSAL Claudia Schmucker, titular del programa sobre globalización y economía mundial del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP, por sus siglas en alemán).

“Viaja para hablar sobre asuntos concretos, para aclarar si hay una diferencia entre lo que dice en público y lo que realmente quiere”, agrega.

La experta sostiene que el “helado” arranque de las relaciones no necesariamente marcará de manera permanente los contactos entre ambos dirigentes, y recuerda que al principio de la anterior administración, Obama y Merkel no eran los amigos cercanos que hoy son.

“Tratará de establecer una relación funcional basada en hechos y cuestiones concretas. Merkel es muy pragmática y buscará en donde es posible trabajar conjuntamente”, indica la investigadora.

La principal motivación de Merkel para reunirse con Trump es la incierta posición de Estados Unidos en las negociaciones del Grupo de los 20 (G-20), cuya presidencia ostenta actualmente Alemania.

A Merkel le urge hablar con Trump, hay temas cruciales respecto a comercio y proteccionismo que necesita clarificar de cara a la cumbre que tendrá lugar en Hamburgo el 7 y 8 de julio.

La canciller alemana además aprovechará la visita para abordar otros problemas potenciales que se avizoran en el horizonte, como una probable guerra comercial.

Después de China y Japón, el mayor déficit comercial de Estados Unidos es con Alemania. De acuerdo con la Oficina del Censo de EU, el déficit con Alemania alcanzó los 65 mil millones de dólares en 2016 y responde principalmente a ventas de vehículos y autopartes, maquinaria industrial y equipo médico.

Trump se ha expresado en varias ocasiones sobre su interés de crear acuerdos comerciales que beneficien principalmente a su país, y ha criticado directamente el intercambio con Alemania en el sector automotriz.

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