El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando nombró a Michael Flynn como asesor de Seguridad Nacional desconocía que éste hubiera trabajado en beneficio de un gobierno extranjero, dijo ayer la Casa Blanca.

El año pasado, el ahora ex asesor de Seguridad Nacional trabajó a través de su empresa de inteligencia en representación de un empresario turco que podría haber beneficiado al gobierno de Turquía.

La legislación estadounidense obliga a que se informe el lobby a favor de un gobierno extranjero y el no hacerlo es considerado delito. “No creo que eso se supiera”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, al ser consultado sobre el rol desempeñado por Flynn.

Flynn se registró el martes de forma retroactiva como agente extranjero, al haber hecho lobby para Inovo BV, con sede en Holanda. La empresa pertenece a un empresario turco vinculado al presidente Recep Tayyip Erdogan. Su trabajo se enfocaba en Fethullah Gulen, un clérigo estadounidense acusado por el gobierno turco de haber participado del fallido intento de golpe de Estado el año pasado.

De acuerdo con documentación presentada ante el Departamento de Justicia, su trabajo pudo haber beneficiado al gobierno turco más que a su cliente privado. Su remuneración fue de 530 mil dólares.

Flynn tuvo que renunciar a su puesto en el gobierno de Trump el mes pasado en medio de cuestionamientos sobre su contacto con el embajador ruso en Washington.

Spicer se refirió también al escándalo desatado por la acusación de Trump de que su predecesor, Barack Obama, ordenó que se intervinieran las líneas telefónicas de la Torre Trump.

El vocero señaló que al reportero James Rosen de Fox News “le intervinieron sus teléfonos, múltiples teléfonos”. Retomó así una historia publicada en el sitio web conservador theblaze.com, fundado por Glenn Beck, en la que se señaló que la agencia The Associated Press “también fue objeto de vigilancia”.

Pero el propio Rosen aseveró que los teléfonos que él usaba para reportar no fueron intervenidos, sino que un juez otorgó permiso al gobierno para revisar los registros de llamadas y correos electrónicos de Rosen de 2009, como parte de una pesquisa sobre la filtración de una historia de Corea del Norte al periodista.

El miércoles, Spicer dijo que no cree que “haya razón para pensar” que Trump esté siendo  Agencias

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