La fiscalía peruana formalizó el lunes una investigación por el presunto delito de lavado de activos y tráfico de influencias contra el expresidente Alejandro Toledo, acusado de recibir sobornos millonarios de la constructora brasileña Odebrecht en un caso de corrupción que amenaza con sacudir a la élite política de Perú.

Se trata del primer caso en el que la gigantesca investigación originada en Brasil, y que ha salpicado a una decena de países de Latinoamérica, investiga de manera directa a un expresidente por la supuesta recepción de coimas para permitir que el poderoso conglomerado de la construcción ganara licitaciones de obras públicas. Desde diciembre de 2016, un total de 77 ejecutivos de Odebrecht han delatado los sobornos que realizaron en Latinoamérica y África.

Según las leyes peruanas, el juez tendrá que escuchar las argumentaciones del fiscal anticorrupción, Hamilton Castro, para aceptar o negar la solicitud en las próximas 48 horas.

La fiscalía investiga al expresidente por el presunto recibo de sobornos de Odebrecht por 20 millones de dólares para otorgarle la construcción de una carretera Interoceánica que une Brasil con la costa del Pacífico peruano, según una confesión que dio en el estado brasileño de Bahía el detenido Jorge Barata, exrepresentante de la empresa en Perú.

La fiscalía también investigará a un empresario israelí llamado Josef Maiman, amigo de Toledo, y al brasileño Barata por el delito de lavado de activos.

En la víspera, desde París, Toledo negó cualquier soborno en una entrevista a través de Skype con el programa televisivo local "Cuarto Poder" y exigió que Barata "diga por favor cuándo, cómo y dónde y en qué banco me ha dado 20 millones a mí". Añadió que retornará a la universidad de Stanford, en California, donde es investigador invitado, pero no aclaró si volverá a Perú.

La madrugada del sábado, un equipo de la fiscalía allanó su casa en un barrio rico de Lima y se llevó su caja fuerte, la cual arrancó de la pared de su dormitorio con un cincel y una comba.

En diciembre pasado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que Odebrecht reconoció sobornos por 29 millones de dólares a funcionarios peruanos para ganar las licitaciones de obras públicas. Los hechos también ocurrieron en los gobiernos posteriores a Toledo: Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).

Al momento, otros cuatro peruanos ligados al gobierno de Alan García, entre ellos un viceministro, están detenidos por estar implicados en otras coimas con Odebrecht.

Toledo, un hombre de 70 años que salió de la pobreza y se graduó de economista en Stanford, llegó al poder en 2001 enarbolando la bandera de la lucha anticorrupción como opositor al gobierno el expresidente Alberto Fujimori, quien se fugó del país y renunció desde Japón en 2000. Ahora Fujimori cumple una sentencia de 25 años de cárcel por corrupción y asesinato.

La ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, dijo al diario local Correo que Perú está preparado para encarcelar expresidentes. "Yo espero de verdad que no, pero si así tiene que ser, por supuesto que estamos preparados", dijo en referencia al caso de Toledo.

El presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien fue ministro de economía y primer ministro del gobierno de Toledo, dijo el sábado que el expresidente "traicionó al pueblo peruano" y debe "regresar al Perú y contestar lo que le va a preguntar la fiscalía", añadió.

lsm

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