Marine Le Pen, líder del partido ultraderechista francés Frente Nacional (FN), puso en marcha el sábado su campaña presidencial, con la esperanza de que sus promesas de proteger a sus compatriotas de la globalización impulsen sus opciones en un momento de gran agitación política en el país.
Los sondeos de opinión indican que la política de 48 años lidera las preferencias de los votantes de cara a la primera vuelta del 23 de abril, aunque perdería en la segunda ronda del 7 de mayo tanto contra el centrista Emmanuel Macron como con el conservador Francois Fillon, asediado por un escándalo que está poniendo en peligro su favoritismo.
Sin embargo, en la contienda más impredecible que ha conocido Francia en décadas, el FN espera que un evento de dos días que celebra en Lyon, donde Le Pen está presentando su plataforma electoral, ayudará a convencer a los votantes de que la apoyen.
"El objetivo de este programa es, primero de todo, devolver a Francia su libertad y dar la voz a la gente", afirmó Le Pen en la introducción al manifiesto.
En 144 "compromisos", Le Pen propone abandonar la zona euro, fijar impuestos para los contratos laborales a extranjeros, rebajar la edad de jubilación e incrementar varios beneficios del estado de bienestar, al tiempo que rebaja la carga tributaria a las pequeñas empresas y el impuesto de la renta.
Asimismo, el manifiesto prevé reservar ciertos derechos solo para los franceses, como la educación libre, al tiempo que anuncia la contratación de 15 mil policías, la construcción de más cárceles, una reducción de la inmigración y la salida del país del comando integrado de la OTAN.
"Esta elección presidencial presenta dos propuestas opuestas", comentó Le Pen. "La elección 'globalista' apoyada por todos mis oponentes (...) y la 'patriótica' que yo personifico".
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