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Quito.— El candidato oficialista, el izquierdista Lenín Moreno, y el ex banquero Guillermo Lasso, de la oposición, definirán la presidencia de Ecuador en un balotaje el 2 de abril, luego de que la corte electoral informó ayer que ninguno consiguió los votos necesarios para ganar en primera vuelta.
Con 96.3% de las actas escrutadas, Moreno, un administrador de 63 años que padece de paraplejia, sumaba 39.27% de los votos válidos frente a 28.28% de Lasso, quien busca por segunda vez la presidencia del país.
Con esta cantidad de votos de las elecciones celebradas el domingo, cuyo lento conteo fue cuestionado por los candidatos, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Juan Pablo Pozo, afirmó ayer que ya “no es posible” que varíen los resultados. “Tenemos una tendencia marcada”, agregó.
Sin embargo, el presidente saliente, Rafael Correa, desestimó las declaraciones de Pozo diciendo que “nada está dicho” y que es necesario que “se cuente hasta el último voto” para determinar los resultados.
“La posibilidad de ganar en una vuelta está intacta. El CNE no está para elucubrar con tendencias, sino para declarar resultados finales”, indicó en su cuenta de Twitter Moreno, quien fue nominado al premio Nobel de la Paz en 2012.
Moreno, ex vicepresidente del saliente mandatario Rafael Correa entre 2007 y 2013, requería 40% de los votos válidos más una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre Lasso para obtener un triunfo en primera vuelta.
A pesar de que el candidato oficialista logró la diferencia necesaria, el no haber llegado a la cantidad de sufragios para ganar representa un duro revés luego de que Correa consiguió contundentes victorias en las urnas desde que asumió el poder en 2007.
En la segunda vuelta, Moreno tendrá que lidiar con el resto de partidos políticos opositores que se sumarían a la campaña de Lasso y eso —según analistas— trastocaría los planes del oficialismo de continuar con el proyecto socialista en el país. Los ecuatorianos acudieron a las urnas para decidir entre la continuidad del modelo socialista instaurado por Correa hace una década o un cambio de timón hacia una economía de libre mercado.
Durante su campaña, Moreno prometió continuar el proyecto político de Correa, centrado en programas sociales, participación activa del Estado en la economía y una mejor distribución de la riqueza. Sin embargo, los escándalos que salpican a funcionarios cercanos a Correa en una trama de corrupción en la estatal Petroecuador y una red de sobornos de la brasileña Odebrecht le restaron valiosos puntos.
Por su parte, Lasso, accionista del Banco Guayaquil, del cual fue presidente por casi dos décadas, llamó a los manifestantes de la oposición reunidos frente a la sede del CNE a permanecer allí “hasta que reconozcan oficialmente la segunda vuelta”. Lasso centró su oferta electoral en la creación de empleos, reducción de impuestos, aumentar la inversión extranjera y la convocatoria a una consulta popular para reformar la actual Carta Magna.