Washington.— Las escapadas de Donald Trump a Florida, los viajes de sus hijos por todo el mundo y la residencia de la primera dama en Nueva York elevan las facturas a niveles insólitos y complican la labor del Servicio Secreto en Estados Unidos.

Por tercer fin de semana consecutivo Trump viajó a su lujoso club privado Mar-a-Lago de Palm Beach (Florida), al que ha bautizado como La Casa Blanca de invierno.

A los gastos de su desplazamiento, y del de su séquito de seguridad, desde Washington, se suman los de la primera dama, Melania, quien ha viajado desde Nueva York.

Se calcula que cada viaje del mandatario al lujoso Mar-a-Lago cuesta 3.6 millones de dólares, por lo que los tres que ha efectuado superarían los 10 millones de dólares.

Estos son los cálculos que hacen el Post y Político con base en los datos de un viaje comparable del ex presidente Barack Obama (2009-2017) en 2013 de Washington a Palm Beach, durante cuatro días. El grupo Judicial Watch estima que los gastos de viajes de Obama sumaron 97 millones de dólares en ocho años.

Teniendo en cuenta la factura de las primeras semanas de Trump en la Casa Blanca, sólo cuatro años de mandato podrían arrojar “cientos de millones de dólares más” en viajes, según estimaciones del Post.

Además, circulan informaciones en la prensa sobre que el magnate planea pasar al menos 10 fines de semana al año en su club de golf de la pequeña localidad de Bedminster, en Nueva Jersey. Cuando se pregunta a sus portavoces, aseguran que Trump labora donde esté.

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