Un juez federal estadounidense rechazó ayer la liberación de Daniel Ramírez Medina, el dreamer mexicano arrestado la semana pasada por agentes migratorios, y ordenó que continúe detenido en una cárcel del estado de Washington.
El magistrado James P. Donohue dijo en la Corte Federal de Distrito de Seattle que Daniel Ramírez debe solicitar una audiencia de fianza por parte de un juez federal de inmigración y debería obtener una en menos de una semana. Emitió su fallo luego que representantes del gobierno y la defensa del mexicano —compuesta por al menos ocho abogados— presentaron ayer sus reportes en una audiencia.
Los abogados de Ramírez Medina, beneficiario del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que protege de la deportación a los jóvenes llevados a EU por sus padres siendo niños, pidieron su liberación inmediata al argumentar que su arresto fue ilegal y que los agentes migratorios alteraron la declaración del mexicano para presentarlo como miembro de pandillas.
En documentos presentados el jueves, el Departamento de Justicia dijo que no hay sustento para impugnar la detención de Daniel, de 23 años, y que el joven, cuyo padre ha sido deportado ocho veces de EU por delitos relacionados con las drogas, admitió estar ligado con pandillas al ser interrogado.
Pero Mark Rosenbaum, uno de los abogados del mexicano, dijo en un comunicado que su cliente “no dijo esas cosas porque no son ciertas” y que la nota fue alterada, en lo que llamó “uno de los ejemplos más graves de mala conducta del gobierno” que ha visto.
Los defensores dijeron que Daniel presentó una nota —cuya copia mostraron— a los funcionarios de detención para no ser identificado con pandillas y que la primera parte de lo que estaba escrito en ella fue borrada para que comenzara con la frase: “Tengo afiliación a pandillas...”. Los agentes preguntaron al mexicano si había estado involucrado en alguna actividad de pandillas. “No, no más”, respondió el mexicano, según el escrito. También dijeron que tenía un “tatuaje de pandilla” en su antebrazo, pero Rosenbaum aseguró que el tatuaje dice “La Paz, BCS”, en alusión a la capital de Baja California Sur, donde nació el acusado.
El arresto de Ramírez, la semana pasada, lo catapultó al debate nacional sobre las prioridades migratorias del presidente Donald Trump. Decenas de personas se manifestaron ayer en su apoyo afuera de la corte. “Me preocupa que el presidente esté creando inquietud en nuestra comunidad”, comentó Antonio Amaya, quien llevó a sus dos hijos a la manifestación para “enseñarles que la lucha debe continuar”.
Desde el martes se han registrado protestas afuera del Centro de Detención de Northwest Tacoma, en Seattle, donde está detenido Daniel. Esa noche, entre 50 y 80 personas desafiaron el frío y la lluvia y exigieron la libertad del dreamer. “Si permitimos que las autoridades toquen a un estudiante DACA, estamos permitiendo que toquen al resto”, dijo, vía telefónica Wendy Pantoja, una yucateca integrante de la Resistencia del Centro de Detención Noroeste (NWDC Resistance). “Sabemos que él ha escuchado nuestras protestas y que eso lo anima mucho”, añadió.
Rolando Ávila, originario de Morelos e indocumentado, también estuvo en la protesta del martes. Dice que preguntaron por la familia de Daniel, pero que el abogado no dio datos para no afectar a familiares o a la comunidad. “Quizás por eso ningún amigo o conocido suyo acudió a las protestas”, dijo. Con información de Érika Flores