El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció ayer la “dificultad” que implica aplicar la deportación a jóvenes indocumentados acogidos al Programa de Acción Diferida (DACA).
“Es uno de los temas más difíciles que tengo (...). Vamos a abordar el asunto de DACA con corazón”, dijo Trump ayer durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. “La situación del DACA es muy dura porque amo a esos chicos, algunos son totalmente increíbles (...). Tengo hijos y nietos”, agregó.
“Me parece muy duro hacer lo que ley ordena exactamente hacer. La ley es estricta”, dijo, aunque precisó que hay casos de jóvenes que “tienen DACA y son pandilleros y narcotraficantes”.
El presidente no dio más detalles sobre el futuro del programa, que ha permitido frenar la deportación de 750 mil jóvenes —conocidos como dreamers (soñadores)— y cuya derogación prometió durante la campaña electoral.
El DACA, firmado por el presidente Barack Obama en 2012, permite a los jóvenes indocumentados obtener un permiso de trabajo y licencia de conducir. Debe renovarse cada dos años.
En la misma conferencia, Trump insistió en la necesidad de seguir con mano dura contra las “ciudades santuario” y defendió el “esfuerzo nacional” de deportación de aquellos que signifiquen un “peligro para la seguridad pública”, un concepto que su administración amplió para incluir incluso delitos menores. “Estamos salvando vidas de estadounidenses cada día [con esta política]”, aseguró.
En marcha la maquinaria de las deportaciones. El director interino del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, Thomas Homan, reconoció ayer ante congresistas que la Casa Blanca ha puesto en marcha la maquinaria de deportación prometida por Trump.
El mandato de expulsión de indocumentados “se ha ampliado” y, a fin de que sea más expedito, pedirán más presupuesto para poder realizar su tarea.
Así lo confirmó el congresista demócrata por Texas, Joaquín Castro, quien asistió a la reunión con Homan junto a otros colegas de la Cámara Baja, de la cual se expulsó a integrantes del caucus hispano del Congreso, algo que el portavoz de medios hispanos de los demócratas, Javier Gamboa, calificó como “salvajemente insultante”. El congresista Castro, de padres mexicanos, señaló que, por lo explicado por el director del ICE, “es difícil no concluir que el presidente Trump ha iniciado un plan de deportación mavisa” dedicada a expulsar “cuantos más migrantes mejor”.
Homan actualizó las cifras de las redadas realizadas la semana pasada en el país, y que han puesto en alerta a toda la comunidad migrante. Han sido 683 los detenidos por las fuerzas de migración, dijo. Sin embargo, los congresistas demócratas temen que la cifra sea muy superior, ya que no recibieron detalles de los arrestados como país de origen o motivo de su detención.
“Tenemos que esperar que haya más arrestos y deportaciones este año”, señaló la demócrata Linda Sánchez.
En tanto, la senadora por Nevada Catherine Cortez Masto, nieta de inmigrantes mexicanos, introdujo ayer su primera propuesta de ley para revocar los decretos antiinmigrantes del presidente Trump. “Sus órdenes ejecutivas son especialmente ofensivas para mí porque atacan a familias que llegan a este país en busca de una vida mejor, como la mía”, explicó la primera senadora latina de EU.
En el caso del dreamer mexicano Daniel Ramirez, ayer se conoció que la acusación de que forma parte de una banda criminal se dedujo por un tatuaje en un brazo descrito en los documentos judiciales como “tatuaje de pandillas”. Hoy es la primera audiencia judicial.
Según los documentos, Daniel declaró “no, ya no, cuando se le preguntó si está o ha estado involucrado en alguna actividad de pandillas” y admitió que “solía andar con los Sureños en California”, pero que “huyó de California para escapar de las pandillas y que ‘todavía anda con pandilleros en el estado de Washington”. Los abogados del mexicano dijeron que los alegatos son falsos.
También se conoció el caso de “otro dreamer detenido: el hondureño Josue Romero, en proceso de deportación por un delito menor de posesión de marihuana.