El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió ayer que negociará a la baja el precio del muro que quiere construir en la frontera con México, al tiempo que las protestas y el temor a las redadas contra los migrantes indocumentados se extendían en el país.
“Estoy leyendo que el gran muro fronterizo costará más de lo que en un principio pensó el gobierno, pero aún no estoy implicado en negociaciones o el diseño. Cuando lo haga, tal y como pasó con el caza F-35 o el programa del Air Force One, el precio bajará muchísimo”, tuiteó Trump, aludiendo a que a fin del mes pasado su gobierno logró bajar en unos 600 millones de dólares el acuerdo de compra de 90 F-35 a Lockheed Martin.
Un reporte interno del Departamento de Seguridad Nacional estimó en 21 mil 600 millones de dólares el precio del muro a lo largo de toda la frontera con el vecino del sur. En la campaña presidencial, Trump habló de un costo de 12 mil millones de dólares.
La construcción del muro para frenar la inmigración ilegal desde México fue una de las principales promesas de campaña del magnate y a finales de enero firmó una orden ejecutiva para destinar fondos para comenzar la construcción. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, canceló su viaje a Washington, que tenía previsto realizar el 31 de enero, tras la firma de esa orden ejecutiva, e insistió en que los mexicanos no pagarán por la cerca fronteriza, como reclama Trump.
Los líderes republicanos calculan que el muro podría costar 15 mil millones de dólares, pero la firma Bernstein Research, que elabora informes sobre tendencias de inversión, elevó el precio a 25 mil millones de dólares, el doble de lo que costaría una nueva autopista de costa a costa de EU. El estimado más alto lo dio, en un artículo en el mes de octubre, la revista del Massachusetts Institute of Technology (MIT), según la cual, la factura ascenderá a 40 mil millones de dólares.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, afirmó a fines de enero que el Congreso está dispuesto a facilitar los fondos para la construcción del muro.
Trump prometió además deportar a los migrantes indocumentados que, asegura, llegan a EU para quedarse con los empleos de estadounidenses, o para cometer delitos.
En la última semana, las autoridades migratorias emprendieron una serie de redadas en las que detuvieron a cientos de migrantes. Según la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), se trata de operaciones de rutina en las que han sido detenidas personas con historiales delictivos, o con órdenes de deportación pendientes, pero activistas advirtieron que parece tratarse de una estrategia coordinada en la que también han sido detenidas personas sin antecedentes.
En un nuevo recuento, ICE cifró en 350 los extranjeros sin documentos detenidos esta semana, de los cuales 90 son mexicanos. En Los Ángeles, el director local del ICE, David Marin, dijo que para la noche del viernes, 37 mexicanos habían sido deportados. Ayer mismo se informó de la detención de cinco mexicanos en el condado de Staten Island, Nueva York, el pasado 3 de febrero.
Según autoridades consulares, el mayor número de arrestos de mexicanos se ha producido en Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte, así como en la zona metropolitana de Los Ángeles. Medios han documentado arrestos en días recientes de migrantes indocumentados en Nueva York, Kansas, Texas y Virginia. El operativo más numeroso se produjo al parecer en el sur de California, donde según activistas fueron detenidas en las últimas 24 horas hasta 130 personas. El ICE habló de 160, pero en cinco días, y señaló que 150 tenían condenas penales anteriores.
Marin subrayó que “los artículos que evocan controles carreteros u operaciones al azar son falsos, y eso es peligroso e irresponsable”. Sin embargo, la senadora por California Dianne Feinstein dijo que esta política de Trump “traiciona nuestros valores”.
La noticia de las redadas inquietó a los migrantes. “Estas redadas infunden miedo en el corazón de la comunidad inmigrante, pues muchos temen que la ‘fuerza de deportación’ prometida por el presidente Trump esté ahora en plena marcha”, denunció el Caucus (grupo) Hispano del Congreso en una carta en la que solicitó una reunión urgente con el responsable del ICE y exigió que la administración Trump aclare las nuevas prioridades en materia de deportación.
Pero también hubo indignación y protestas en lugares como Nueva York, donde cientos de personas expresaron su apoyo a los indocumentados y su repudio a las medidas migratorias de Trump. Denunciaron, a la vez, lo que llamaron política de “cristales rotos”, con la que policías actúan contundentemente ante pequeños delitos bajo la premisa de que ayuda a evitar crímenes más importantes. Durante la protesta la policía detuvo a algunas personas acusadas de ocasionar disturbios.
En Carolina del Norte, miles de personas —más de 10 mil, según organizadores— marcharon en la onceava edición de la “Marcha Moral”, que se convirtió en un llamado a “la resistencia” a hispanos, musulmanes y refugiados contra las políticas migratorias de Trump.