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Organizaciones, comerciantes e inmigrantes de Wisconsin protagonizarán mañana “Un Día Sin Latinos, Inmigrantes y Refugiados”, con un paro laboral, una marcha y un boicot en repudio a las órdenes migratorias del presidente Donald Trump.
Convocada por el grupo Voces de la Frontera, la jornada de protesta busca paralizar actividades en la emblemática industria de quesos de Wisconsin, así como en restaurantes, hoteles, tiendas de abarrotes, servicios y plantas manufactureras.
“Es una huelga general comunitaria, es un paro laboral, estamos pidiendo que la gente no vaya al trabajo... que los negocios pequeños cierren sus tiendas en solidaridad”, señaló la directora ejecutiva de la organización, Christine Neumann-Ortiz.
“Es un mensaje general de rechazo a la maquinaria que (Trump) quiere levantar como las deportaciones masivas y el perfil racial”, dijo en entrevista con Notimex.
Más de 75 empresas se comprometieron hasta el momento a cerrar sus puertas, incluido el mayor supermercado hispano de la zona, El Rey, y restaurantes como Cabrito, Hacienda, Riveras Western Wear, MG Multiservicios y PRAA Construction entre otras.
Además serán apoyados por activistas de otras 25 ciudades de Wisconsin, como parte de las preparaciones con vistas a una senda movilización nacional contra la política migratoria de Trump prevista para el primero de mayo.
Las organizaciones hispanas de Wisconsin tienen un largo historial de resistencia a políticas hostiles a los latinos y han celebrado jornadas similares en 2006, 2007 y 2016, cuando más de 20 mil personas protestaron frente al Capitolio estatal.
“El año pasado hubo un impacto tremendo, se hizo notar mucho… lo invisible se hizo visible… las calles completamente solas, no había escuelas, no había negocios”, rememoró el empresario Alejando Rivera, propietario de Riveras Western Wear.
“El mensaje es que hacemos falta y necesitamos que volteen a vernos por el poder monetario que representamos con nuestros impuestos y con todo lo que aportamos a esta gran nación”, comentó.
Durante la movilización del 2016, en defensa de las protecciones de ciudad santuario en Milwaukee, los organizadores estimaron una movilización general de 40 mil personas. Sólo a los trabajadores de hospitales y rescate se les pidió no faltar al trabajo.
La nueva movilización surgió en medio del inicio de una ola de redadas migratorias en una docena de ciudades de Estados Unidos y en rechazo a la decisión del alguacil del condado de Milwaukee, David Clarke, de restituir el “Programa 287g”.
La polémica iniciativa fue desaparecida por Barack Obama pero revivida por Trump para convertir a la policía local en agentes migratorios para detener inmigrantes y canalizarlos a su deportación.
Pero las organizaciones decidieron hacer la protesta extensiva a las ordenes migratorias de Trump contra refugiados e inmigrantes de Irán, Irak, Libia, Siria, Sudan, Somalia y Yemen.
Neumann-Ortiz señaló que un punado de comerciantes musulmanes se sumó a la movilización, que también será apoyada por una red estatal de apoyo conocida como Wisconsin Inclusivo.
Una de las participantes en la marcha y paro laboral es Jennifer Estrada, una inmigrantes de la localidad de Manitowoc, Wisconsin, cuyo esposo fue deportado el año pasado.
“Los inmigrantes son la columna vertebral de la industria de lácteos en mi área y sin ellos la economía estaría peor para todos. Estaré marchando el lunes para decirle ‘NO’ al alguacil Clarke, por qué si empieza en Milwaukee se va a extender a otros condados”, indicó.
cfe