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La aerolínea estadounidense American Airlines abrió hoy en La Habana su primera oficina comercial en Cuba, aunque esta compañía opera en la isla desde finales de 2016, año en que se restablecieron los vuelos regulares entre la isla y Estados Unidos.
El embajador de Estados Unidos en La Habana, Jeffrey De Laurentis, y varios ejecutivos de American Airlines asistieron a la apertura de la nueva oficina de la empresa norteamericana en un edificio del Centro de Negocios, ubicado en una zona poblada de hoteles en la barriada habanera de Miramar.
Luego de permanecer suspendida la conexión aérea regular entre Cuba y Estados Unidos durante 55 años, los vuelos regulares directos entre ambos países fueron restablecidos oficialmente el pasado 31 de agosto por la compañía Jet Blue con la ruta que une Fort Lauderdale (Florida) con la ciudad central de Santa Clara.
American Airlines se convirtió en septiembre pasado en la tercera aerolínea estadounidense que reanudó los vuelos regulares a Cuba, con viajes a Cienfuegos y Holguín, los primeros con salida de Miami, en llegar a la isla desde 1961.
Después abrió otras conexiones con la playa de Varadero, la ciudad central de Santa Clara y la oriental Camagüey.
A esta aerolínea estadounidense le correspondió además, inaugurar la primera ruta de vuelos regulares entre Miami y La Habana, el pasado 28 de noviembre.
La reanudación de los vuelos regulares entre ambos países es fruto de un acuerdo de aviación civil resultante del proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre La Habana y Washington anunciado en diciembre de 2014 por el entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama, y el mandatario cubano Raúl Castro.
En virtud de ese acuerdo, la administración Obama autorizó a ocho aerolíneas estadounidenses, entre ellas, United Airlines, Silver Airways, Alaska Air Group, Delta y Southwest.
Aunque los estadounidenses todavía no pueden volar a Cuba como turistas debido a las restricciones que impone el embargo, sí pueden hacerlo si se acogen a alguna de las 12 categorías de viajes autorizadas tras la flexibilización de algunas restricciones que aprobó Obama.
Aprovechando esa brecha, unos 284.937 estadounidenses visitaron Cuba en 2016, lo que significó un aumento del 74 % con respecto al año anterior, según informó la Cancillería del país caribeño.
Pero la llegada a la Casa Blanca del presidente electo Donald Trump, abiertamente contrario a la política de acercamiento con la isla, plantea cierta incertidumbre sobre la continuidad de las medidas puestas en marcha por su antecesor.
Las relaciones cubano-estadounidenses estaban rotas desde 1961 y se restablecieron formalmente en julio de 2015 con la reapertura de embajadas en Washington y La Habana.
lsm