Luego de los atentados en París, Bruselas, Niza y Berlín, los siguientes en la lista negra del Estado Islámico podrían ser Londres y Amsterdam.

De acuerdo con Europol, en Europa, Francia es el blanco número uno del Estado Islámico (EI), pero también figuran en su lista negra Bélgica, Alemania, Holanda y Reino Unido, símbolos de la cultura occidental y defensores de conceptos como la libertad, la democracia y los derechos humanos; pero también naciones en donde la exclusión económica y social ha marcado a la comunidad musulmana, generando condiciones ideales para el reclutamiento yihadista.

Francia registró centenares de muertos y casi mil heridos por terrorismo asociado al EI entre 2015 y 2016, mientras que Bélgica perdió 35 vidas y registró 340 heridos en los ataques del 22 de marzo pasado en el aeropuerto de Zaventem y en el Metro de Maalbeek .

Por su parte, Alemania sumó el año pasado 22 muertos y decenas de heridos como consecuencia de cinco incidentes y ataques terroristas, entre ellos el perpetrado el 19 de diciembre por Anis Amri en el mercado navideño de Berlín.

¿Le toca el turno al Reino Unido y Holanda? Los ingleses no registran un atentado a gran escala desde los ataques coordinados perpetrados en Londres el 7 de julio de 2005 y que se cobraron la vida de 52 personas. Al-Qaeda asumió la autoría.

El único caso desde entonces es el del soldado Lee Rigby, quien perdió la vida el 22 de mayo de 2013 tras ser atacado por dos individuos británicos de origen nigeriano que tras atropellarlo lo acuchillaron e intentaron decapitarlo.

Las autoridades asocian el limitado número de ataques a la implementación de diversas medidas de prevención, como es la identificación temprana de individuos vulnerables a la radicalización, así como policiacas. Según el más reciente informe de la Cámara de los Comunes sobre “terrorismo en Gran Bretaña”, entre 2001 y 2015 fueron detenidas por terrorismo 3 mil 157 personas, de las cuales 39% enfrentaron cargos penales.

Debido a su relevancia política y su importancia financiera a nivel mundial, Londres es el objetivo más prominente del EI en Gran Bretaña, sostiene la consultora británica Control Risks.

Por su parte, desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh en 2004 a manos de un musulmán radical, Holanda no ha experimentado el terror del fundamentalismo islámico, aunque teme ser la siguiente víctima.

Tan sólo el pasado 7 de diciembre, las autoridades detuvieron en el puerto de Rotterdam a un individuo de 30 años en posesión de un rifle de asalto Kalashnikov, pirotecnia altamente explosiva y emblemas del EI.

El riesgo de la avalancha migratoria. Rob de Wijk, experto del Centro de Estudios Estratégicos de La Haya, sostiene que la avalancha migratoria ha incrementado la amenaza a niveles semejantes a los de Alemania. En 2015 llegaron al país alrededor de 4 mil refugiados a la semana, la mayoría de Siria y el norte de África y sin pasar por ningún tipo de inspección migratoria.

“Las probabilidades de un ataque en Holanda son reales”, alerta la oficina del Coordinador Nacional Antiterrorismo, Dick Schoof.

Siendo uno de los grandes destinos turísticos de Europa, los servicios de inteligencia identifican a Ámsterdam como blanco primario, aunque también lo es La Haya, como sede de la justicia internacional, y Rotterdam, el puerto más importante del continente; un atentado de gran magnitud podría alterar el comercio marítimo mundial.

Tanto las agencias de seguridad como los institutos europeos especializados coinciden en que los riesgos podrían aumentar en Europa, y más allá, en este 2017.

Prevén que la pérdida de territorios en Irak y Siria por parte del Estado Islámico transforme la amenaza terrorista. La organización liderada por Abu Bakr al-Baghdadi, replegaría fuerzas para emprender una guerra asimétrica en Irak y Siria.

Por otro lado, se espera un éxodo de combatientes extranjeros. Muchos de ellos volverían a sus países de origen para continuar con la agenda de terror.

Ninguna otra guerra había atraído a tantos extranjeros como la que tiene lugar en Siria. El Centro Internacional de Lucha contra el Terrorismo (ICCT por sus siglas en inglés) estima que entre 25 mil y 30 mil combatientes extranjeros se sumaron a la yihad en Siria. La guerra en Irak —entre 2003 y 2004— concentró poco más de 5 mil, mientras que la de Afganistán, entre 1978 y 1992, entre 5 mil y 10 mil.

“Si el califato del EI colapsa, se espera un aumento gradual de los retornos, algunos de ellos probablemente terminarán reforzando el movimiento yihadista en los Países Bajos”, alerta el equipo de Dick Schoof.

“Ahora que se ha hecho más difícil abandonar el país para formar parte de la yihad, el movimiento puede cambiar su enfoque hacia Holanda”, agrega.

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