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Brasil aplica un plan piloto para migrantes

Con el apoyo del ACNUR el país recibirá a unos 70 refugiados centroamericanos que actualmente viven en México y Costa Rica

Una nicaragüense se toma una foto para solicitar la residencia en Costa Rica. (ARCHIVO. AP)
05/01/2017 |01:57Javier Sinay |
Redacción El Universal
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Para 2017 el gobierno de Brasil tiene un presupuesto de 1 millón de reales (unos 285 mil dólares) para concretar un proyecto piloto que consiste en la recepción de entre 60 y 70 refugiados —la mayoría, mujeres y niños— originarios de Honduras, El Salvador y Guatemala que actualmente viven en México y en Costa Rica.

El plan todavía no tuvo demasiada difusión pública, pero, según el diario Folha de São Paulo, el Ministerio de Justicia y Ciudadanía enviará una misión ara identificar a los migrantes interesados en un posible reasentamiento en Brasil, el cual se concretaría en Sao Paulo, Curitiba, Porto Alegre y otros 13 municipios en el estado de Río Grande do Sul.

En los últimos años, Brasil ha recibido a pocos migrantes y refugiados. Estadísticas del Comité Nacional para los Refugiados (CONARE) indican que en este país, que es el más grande de América del Sur y que tiene una población de 200 millones de habitantes, viven 8 mil 863 refugiados, de los cuales 2 mil 298 son sirios; mil 420, angoleños, y mil 100 son colombianos, principalmente.

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Además, hay 25 mil —muchos de ellos, haitianos— que aún esperan que la CONARE acepte su condición oficial de refugiados. En 2015, sólo 33 lo lograron.

De acuerdo con el presidente del CONARE, Gustavo Marrone, el reasentamiento depende del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El proyecto piloto es pequeño pero marca la aparición de Brasil en el escenario de un problema actual y complejo, como es el de los refugiados.

“Esta iniciativa tiene que ver con la proyección de una influencia en una región, Centroamérica, donde Brasil no tiene presencia, y en mostrar que este país puede contribuir a la discusión sobre las soluciones de un problema urgente”, dijo a EL UNIVERSAL Oliver Stuenkel, analista del Centro de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas.

Mientras tanto, Estados Unidos parece estar observando cómo se desempeña su nuevo aliado, el presidente Michel Temer, en este terreno.

En septiembre pasado se llevó a cabo un encuentro en Wa-
shington D.C., encabezado por el presidente Barack Obama, en el que 52 gobiernos se comprometieron a acoger a 360 mil refugiados en 2017, casi el doble que en 2015. Los países participantes informaron que invirtieron en 2016 unos 4 mil 500 millones de dólares más que en 2015 para paliar la crisis global de refugiados, según la Casa Blanca.

Brasil también es parte del problema: en 2016, el número de brasileños detenidos en la frontera de México y Estados Unidos fue de 3 mil 252 personas, según datos de la Patrulla Fronteriza de EU, una cifra que sólo había sido superada en 2010.

“Brasil ha sido presionado por los países europeos y también por Estados Unidos para aceptar refugiados, y pareciera que el gobierno quiere demostrar que está abierto y que tiene un mayor compromiso con el tema”, dijo a este diario Denilde Holzhacker, del Centro de Estudios y Pesquisas sobre Diplomacia Corporativa, de San Pablo. “El beneficio para Brasil con este proyecto piloto es en el ámbito diplomático: amplía la proyección en un momento en el que el gobierno necesita mejorar su imagen”.

Para tener éxito, opinan algunos especialistas, Brasil debería contar con la ayuda de México. “Este es un tema que abriría la puerta para una mejor cooperación bilateral, porque la relación entre México y Brasil es bastante superficial”, agregó Stuenkel, de la Fundación Getulio Vargas. “Sería inteligente que Brasil hiciera este plan en cooperación, porque México es un país que tiene más experiencia y que entiende mejor las dinámicas de esta cuestión”.