El presidente estadounidense, Donald Trump, se reunirá el próximo 15 de febrero con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien quiere pedirle que renueve las sanciones a Irán y traslade la embajada estadounidense a Jerusalén.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, confirmó durante su conferencia de prensa diaria la fecha de la reunión entre Trump y Netanyahu, quienes ya hablaron por teléfono este mes y acordaron un encuentro en Washington en febrero.
"El primer ministro Netanyahu de Israel visitará Estados Unidos el 15 de enero. Nuestra relación con la única democracia en Oriente Medio es crucial para la seguridad de nuestras dos naciones y el presidente conversará sobre la cooperación estratégica, tecnológica, militar y de inteligencia con el primer ministro", dijo Spicer.
Trump es el primer interlocutor republicano que Netanyahu ha tenido en la Casa Blanca durante sus dos mandatos como primer ministro israelí, y ambos esperan mantener una buena relación y dejar atrás la tensión que marcó los lazos bilaterales durante los últimos dos años de Barack Obama.
Netanyahu aseguró hoy que, durante su reunión con Trump, le propondrá renovar las sanciones contra Irán, tras las informaciones de este fin de semana sobre un supuesto lanzamiento de misiles balísticos.
"La agresión iraní no debe quedar sin respuesta", difundió Netanyahu en las redes sociales de Twitter y Facebook, y dio por hecho que Irán disparó misiles que "constituyen una violación flagrante de la resolución del Consejo de Seguridad".
El primer ministro israelí se ha opuesto frontalmente desde el principio al acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Irán, el anterior Gobierno estadounidense y otras cinco potencias, y que también ha sido criticado por Trump.
Preguntado hoy al respecto, el portavoz de Trump aseguró estar "al tanto" de que "Irán disparó ese misil" y dijo estar "examinando" esos informes, sin comentar sobre las posibles sanciones.
Netanyahu espera, además, que Trump cumpla su promesa de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, algo que el nuevo mandatario ha prometido hacer.
Para los palestinos, ese traslado supondría un reconocimiento de la soberanía israelí en toda la ciudad, incluida la parte oriental, territorio ocupado en el que los palestinos aspiran a tener la capital de su futuro Estado.
El rey Abdalá II de Jordania se reunió hoy en Washington con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y le expresó "su opinión sobre los potenciales cambios respecto a la embajada de Estados Unidos en Israel y cómo hacer avances hacia un acuerdo entre Israel y los palestinos", según un comunicado de la Casa Blanca.
La derecha israelí más nacionalista también ve en la Presidencia de Trump una puerta abierta para relanzar la colonización del territorio palestino, ahora que han quedado atrás las críticas de Obama al avance de los asentamientos judíos en esas áreas.
"Para Israel, no ha habido un mejor amigo que Donald Trump", aseguró hoy Spicer.
El portavoz consideró "decepcionante" que haya habido críticas a Trump porque en un comunicado conmemorativo que emitió el pasado viernes sobre el Holocausto nazi no hizo ninguna referencia a los judíos ni al antisemitismo.
"El presidente se ha esforzado en reconocer el Holocausto y el sufrimiento que causó y la gente a la que afectó y la pérdida de vidas", zanjó Spicer.
lsm