Washington.— El presidente Donald Trump defendió ayer su polémico decreto que suspende el ingreso de todos los refugiados durante 120 días, así como la concesión por 90 días de visados a siete países de mayoría musulmana, en medio de las protestas sociales que continuaron ayer en Estados Unidos.

“Nuestro país necesita fronteras sólidas y un escrutinio extremo, ahora. Miren lo que está sucediendo en toda Europa y, ciertamente, en el mundo, ¡un lío terrible!”, afirmó en Twitter.

Más tarde, el presidente informó en un comunicado que el decreto es “sobre el terrorismo y cómo mantener nuestro país a salvo”, y no contra quienes profesan la religión musulmana.

Agregó que Estados Unidos volverá a emitir visas para todos los países afectados “una vez que nos aseguremos que hayamos revisado e implementado políticas más seguras en los próximos 90 días”, y destacó que son “orgullosa nación de inmigrantes” que continuará mostrando compasión hacia quienes huyen de la opresión.

En tanto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) insistió ayer en que aplicará la orden de Trump, pero aseguró que “cumplirá los mandatos judiciales”, ello aunque la juez Ann M. Donnelly, del Tribunal del Distrito Federal de Brooklyn, Nueva York, bloqueó a última hora del sábado parte del polémico veto, y que otros jueces federales en Alexandria, Virginia; Seattle, Washington, y Boston, Massachusetts, adoptaron decisiones similares.

El sábado, Rudolf Giuliani, asesor del magnate, salió en su defensa y dijo que lo consultó antes de emitir el decreto, con el fin de “hacerlo legalmente”. “Me llamó [Trump] y me dijo ‘arma una comisión, muéstrame cuál es la mejor manera de hacerlo legalmente’”, comentó en entrevista con Fox News.

Explicó que le recomendó al presidente centrarse en el “peligro en lugar de la religión”, ya que la prohibición “está basada en lugares donde hay evidencia sustancial de que hay gente enviando a terroristas a nuestro país”.

Sin embargo, el veto provisional generó el sábado confusión e indignación en aeropuertos del todo el mundo, y numerosos viajeros vieron bloqueado su acceso a Estados Unidos. Las protestas continuaron ayer en las principales ciudades de EU. En Washington, miles de personas expresaron su repulsa ante la Casa Blanca y después marcharon hacia el Capitolio.

En Boston miles de manifestantes, abarrotaron una conocida plaza. Mientras que en Nueva York, se congregaron más de 10 mil personas. El alcalde Bill de Blasio participó en el acto y alertó de los peligros que el veto acarrea y la injusticia que supone.

Las movilizaciones continuaron también en muchos aeropuertos, como el de Los Ángeles, en donde centenares de personas se dieron cita coreando consignas como: “El amor, no el odio, es lo que hace grande a Estados Unidos”.

El decreto del magnate se topó también con el rechazo de los legisladores demócratas. El líder de la minoría de ese partido en el Senado, Charles Schumer, quien anunció que buscarán el apoyo de los republicanos para aprobar una iniciativa de ley que anule “inmediatamente” el veto.

La ex candidata Hillary Clinton afirmó en Twitter: “Nosotros no somos así” y dio su apoyo a quienes protestan para “defender nuestros valores”.

Trump recibió también reproches de dos influyentes senadores republicanos, John McCain y Lindsey Graham, quienes aseguraron que el decreto envía el mensaje erróneo de que “EU no quiere que los musulmanes vengan a nuestro país” y temen que impulse el reclutamiento de terroristas.

En tanto, la administración Trump estudia la “idea preliminar” de pedir a los viajeros foráneos su lista de contactos en el celular y datos las redes sociales que usan; en caso de que se rehusen a dar la información no podrán ingresar al país.

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