Hasta el 8 de noviembre, en un pequeño edificio ubicado en Manhattan se escuchaban las risas, sus voces agudas. El estruendo llegaba hasta el pie de las escaleras que colindan con la Quinta Avenida.
En el piso ocupado por la organización civil Tepeyac, con sede en la ciudad de Nueva York, desde hace muchos años la presencia de jóvenes en el taller de preparación para asistir a la universidad era omnipresente.
Sin embargo, desde el triunfo de Donald Trump las cosas han cambiado: los dreamers ya no sueñan tanto, dice Joel Magallanes, activista y director de la organización civil que apoya a jóvenes indocumentados.
La inminente llegada del magnate a la Casa Blanca ha generado una caída en el número de jóvenes que acuden a las reuniones de preparación para ingresar a la universidad en Nueva York. La organización Tepeyac reporta que ahora asiste menos de 20% de los jóvenes que capacitaban.
“Ya no quieren venir. Están desesperanzados los jóvenes, me dicen que para qué si seguro tendrán que regresar a México”, explica Magallanes. Faltan poco para las 7:00 de la noche, y en la clase donde se reunían hasta 150 dreamers apenas habrá unos 20.
En la clase estudian algebra. “No se podía creer que ganó Trump”, opinan los estudiantes al mismo tiempo. La mayoría de ellos son originarios de Puebla y llegaron a Estados Unidos junto con sus papás cuando todavía eran pequeños.
Actualmente, en EU 700 mil jóvenes inmigrantes se acogen al programa de Acción Diferida (DACA, por sus siglas en inglés), que suspende la deportación de migrantes que llegaron siendo niños. Esto les ha permitido trabajar y asistir a la universidad.
Magallanes explica que el fenómeno Trump ha sido devastador, desde el triunfo del republicano en noviembre, sólo en su organización se ha documentado el regreso voluntario de 15 jóvenes a México. “Me hablaron para despedirse, prefieren salir antes que los echen”, lamenta.
Organización Tepeyac trabaja con jóvenes desde 1997, primero preparándolos para estudiar carreras técnicas, más tarde para tramitar su DACA, y en la actualidad los capacita para asistir a la universidad. En las últimas semanas se han concentrado en lanzar una recomendación urgente: “No se adelanten, no se vayan, la deportación no será inmediata”.
Los activistas se han enfocado en visitar escuelas públicas para dar información a los padres, para que apoyen a sus hijos, se tranquilicen y superen el bullying.
“Me platicaba una niña que van con miedo [a la escuela] porque otros niños le dicen: ‘¿Y ustedes cuándo se van para su tierra?’, y así todos los días inventan cosas como ‘el día que empiece todo, cuando regreses a tu casa ya no van a estar tus papás’”, relata.
“Obviamente no me quiero ir”
A Elizabeth Lucero le llegó su DACA un 14 de febrero. El regalo perfecto, fue un día muy bonito dice. Lamentablemente este año debería tramitarlo su hermano de 15 años, pero después del triunfo de Trump no saben si podrá hacer el trámite. Ambos fueron llevados a EU siendo niños, desde Puebla. Viven en un barrio cercano al Bronx, su madre trabaja limpiando departamentos y su padre es cocinero.
“Obviamente no me quiero ir, pero sé que si voy a México encontraré trabajo, quien me preocupa mucho es mi hermanito, habla poco español, no conoce México y mis padres, imagínate volver a empezar de cero”, lamenta.
Elizabeth trabaja en un restaurante de comida rápida y actualmente se prepara para hacer su examen de ingreso a la universidad pública de Nueva York. Su plan hasta este año era estudiar para ser veterinaria, aunque otra vez la palabra Trump se interfiere en su meta. El futuro de la dreamer, de 19 años, está en manos del presidente electo.
“Tan pronto él tome el poder [Trump], no sabemos qué pueda pasar. Si lo llega a quitar [el programa DACA] le tomará un tiempo, confiamos en eso, no lo hará al otro día”, explica.
Confía en que no serán deportados porque los estadounidenses no harán el trabajo que ella hace en un restaurante; no limpiarán casas, como su mamá, y nadie cocinará como su papá. “El miedo esta ahí y no se va a ir hasta que Trump empiece a hacer sus movimientos”, lamenta.