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Nueva York.— El veto temporal a la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana decretado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó ayer caos e indignación en el mundo, mientras que los viajeros vieron bloqueado su acceso a territorio estadounidense.
Las medidas aprobadas el viernes por el magnate, bajo el pretexto de “proteger al país de la entrada de terroristas extranjeros”, fueron inmediatamente denunciadas ante la justicia por organizaciones de derechos que las consideran anticonstitucionales, y desataron la reacción inmediata de uno de los países afectados, Irán, que anunció que aplicará el principio de reciprocidad.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) y otras organizaciones legales presentaron una demanda contra la administración Trump por la detención en el aeropuerto John F. Kennedy de dos refugiados iraquíes que contaban con visados especiales para viajar a EU, aunque aplica a otras personas en circunstancias similares.
Anoche, la juez federal Ann Donnelly decidió a favor de la ACLU y suspendió la deportación de los refugiados y personas que fueron retenidas en los aeropuertos del país con visas válidas.
Habría unos 12 refugiados retenidos en el JFK, lo que desató crecientes protestas. Algunos de los manifestantes llevaban pancartas con nombres de personas a las que se les impidió entrar a EU pese a ser estudiantes de Harvard, o llevar toda la vida viviendo en el país. En el aeropuerto de Fort Worth, en Dallas, fue retenida y posteriormente liberada una mujer siria.
La orden de Trump, que no aplica a diplomáticos, suspende 90 días la concesión de visados y la entrada a los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, y frena la llegada de refugiados durante 120 días. La orden suspende el programa de reubicación de desplazados.
Las medidas afectan a quienes cuentan con la tarjeta de residencia permanente, o green card, quienes tendrán que tramitar una exención, y a quienes tengan doble nacionalidad, según The Wall Street Journal. Un ejemplo es el legislador Omig Nouripour, alemán que nació en Teherán y tiene la doble nacionalidad. Aerolíneas como KLM, Qatar Airways y EgyptAir no permitieron a pasajeros de los países afectados abordar vuelos con destino a EU.
Uno de los dos iraquíes retenidos en el JFK Hameed Jhalid Darweesh, fue liberado horas después. Darweesh, de 53 años, tenía un visado para él y su familia tras haber sido 10 años traductor de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak, donde su vida corría peligro. “Apoyé al gobierno de EU desde el otro lado del mundo, pero cuando llegué aquí me dijeron ‘no’ y me trataron como si hubiese hecho algo malo”, lamentó.
Trump aseguró ayer que el decreto no es “una prohibición de musulmanes” y que está funcionando bien, pese a que ha sido calificado como humillante y discriminatorio y generó fuertes críticas de aliados occidentales de EU como Francia, Alemania y organizaciones de derechos humanos.
Además de indignación, hubo confusión al aplicar las medidas en ciudades y aeropuertos de todo el mundo. El gobierno tardó hasta media jornada en confirmar de forma semioficial que el veto temporal afecta a los ciudadanos de esos siete países aunque sean residentes permanentes en EU. Si bien la mayor parte de las medidas son temporales, los críticos prevén que terminarán convirtiéndose en indefinidas.
En este contexto, autoridades de Texas investigan si fue intencional un incendio que la madrugada de ayer destruyó una mezquita en la comunidad de Victoria, al suroeste de Houston, Texas, luego de expresiones de odio contra el templo. Hace una semana, el lugar fue objeto de un robo.