Washington.— La primera ministra británica, Theresa May, buscó ayer acercar posiciones con el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien espera poder cerrar un acuerdo de comercio bilateral que ayude a la economía del país europeo tras el Brexit.
May fue la primera líder mundial en ser invitada por Trump a Washington desde que asumió la presidencia, hace una semana. En su conferencia de prensa conjunta tras una reunión de casi una hora en la Casa Blanca, la primera ministra describió el encuentro como “un momento significativo” y anunció que Trump aceptó una invitación de la reina Isabel II de Inglaterra para visitar Reino Unido este año.
Si el país no logra un acuerdo bilateral con EU, no contaría con un acceso regulado al mercado europeo, pero tampoco al enorme mercado estadounidense. De todas formas, puede iniciar negociaciones oficiales con un socio en cuanto salga de la Unión Europea.
“Creo que el Brexit va a ser algo maravilloso para su país. Creo que cuando concluya, ustedes van a tener su propia identidad y van a tener a la gente que quieran en su país, y van a poder cerrar acuerdos de libre comercio sin que alguien esté vigilando lo que están haciendo”, indicó Trump.
El republicano se ha mostrado dispuesto a cerrar tratados comerciales con países individuales, y May llegó a Washington con el fin de ser la primera en alcanzar un arreglo de ese tipo.
“Estoy segura de que un acuerdo comercial entre EU y Reino Unido está en el interés nacional de los dos países”, afirmó May, quien aseguró que ambos países pretenden “iniciar de inmediato conversaciones de alto nivel”.
El presidente Trump también dejó ayer clara su sintonía con la primera ministra británica, Theresa May, quien buscó acercamientos también respecto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la conveniencia de mantener las sanciones que ambos países impusieron a Rusia en 2014. Los medios especulaban sobre si podían convertirse en los nuevos Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
“Hoy Estados Unidos renueva sus profundos vínculos con Reino Unido, tanto militares como financieros, culturales y políticos. Tenemos unos de los grandes vínculos [que existen]. Prometemos nuestro duradero apoyo a esta muy especial relación”, dijo Trump.
La conservadora May, quien a su llegada a Estados Unidos argumentó que lograría llevarse bien con Trump porque “a veces, los opuestos se atraen”, quiso aprovechar su visita para rebajar las tensiones que el nuevo presidente estadounidense ha generado con el continente europeo y con la OTAN.
“Señor presidente, creo que usted me ha dicho que respalda a la OTAN a 100%”, aseguró.
Trump ha acusado a la OTAN de estar “obsoleta”, y la primera ministra británica quiso reconocer las preocupaciones de su aliado al destacar la necesidad de que la alianza dedique más recursos a la lucha contra “terrorismo y amenazas cibernéticas”.
Los dos líderes también se mostraron de acuerdo en la necesidad de mantener las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por sus acciones en Ucrania, aunque la primera ministra fue más enfática que el presidente estadounidense al respecto.
“Es demasiado pronto para hablar de eso”, se limitó a indicar Trump, cuya asesora, Kellyane Conway, había asegurado horas antes que la Casa Blanca tenía “bajo consideración” la posibilidad de levantar las sanciones a Moscú.
Durante la conferencia, Trump habló también de seguridad y afirmó que aunque él defiende el uso de la tortura en los interrogatorios a los sospechosos de terrorismo, dejará que su secretario de Defensa, quien se opone a esa táctica, decida sobre el tema
“Él [el general James Mattis] ha dicho públicamente que no cree necesariamente en la tortura y la asfixia simulada. Yo no estoy necesariamente de acuerdo, pero su opinión tendrá prioridad [sobre la mía], porque voy a darle ese poder”, aseguró.
En tanto, se prevé que el presidente hable hoy por teléfono con sus homólogos de Francia, François Hollande; de Alemania, Angela Merkel, y de Rusia, Vladimir Putin.