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Cuatro diplomáticos de carrera encargados de la gestión del Departamento de Estado de EU renunciaron a su cargo este miércoles, días después de la llegada al poder del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, según informó hoy el diario The Washington Post.
La dimisión de esos altos funcionarios, sumada a la retirada la semana pasada de otros dos diplomáticos encargados también de la administración de la agencia, ha dejado prácticamente sin equipo de gestión al Departamento, lo que complica las cosas para el nominado por Trump como titular de Exteriores, el empresario Rex Tillerson.
El portavoz en funciones del Departamento de Estado, Mark Toner, explicó a Efe que las Administraciones de Trump y del expresidente Barack Obama se coordinaron para "solicitar que todos los funcionarios políticamente nombrados entregaran cartas de renuncia".
El diario The Washington Post informó hoy de la dimisión de cuatro funcionarios y sugirió que su "súbita" partida podía deberse a posibles desencuentros con el equipo de Trump, pero el portavoz del Departamento de Estado aseguró que este proceso es "estándar" y se repite "con cada transición de poder".
"Estas posiciones son políticas, y requieren que el presidente las nomine y el Senado las confirme. Entre los que han visto aceptadas sus dimisiones, algunos seguirán en el Servicio Exterior en otros puestos y otros se retirarán por propia decisión o porque ha vencido el tiempo vinculado a su servicio", apuntó Toner.
"Ningún funcionario acepta un nombramiento político con la expectativa de que es ilimitado, y todos entienden que el presidente podría elegir reemplazarlos en cualquier momento", agregó.
El cargo más importante entre los que renunciaron este miércoles fue el subsecretario de Estado de EU para gestión, Patrick Kennedy, quien llevaba nueve años en el cargo y, según tres fuentes diplomáticas anónimas citadas por el Washington Post, quería mantenerlo bajo la Administración de Trump.
Además de Kennedy, dimitieron la secretaria adjunta de Estado para asuntos consulares, Michele Bond; la secretaria adjunta de Estado para administración, Joyce Anne Barr, y el director de la oficina de misiones extranjeras, el embajador Gentry O. Smith, de acuerdo con el Post.
Una fuente en la oficina de Bond envió a Efe la carta en la que esa funcionaria, de 63 años y encargada de supervisar los consulados en todo el mundo, confirmaba a su equipo que se retirará del Servicio Exterior "este viernes" tras "40 años" como diplomática.
La fuente no aclaró si el equipo de Trump le pidió a Bond que abandonara el cargo, como asegura el diario The Wall Street Journal.
Todos los que han renunciado son diplomáticos de carrera que se habían mantenido en el Departamento de Estado bajo Administraciones republicanas y demócratas, y que serán difíciles de reemplazar, dada su extensa experiencia y conocimiento sobre cómo funciona la maquinaria administrativa de la agencia encargada de la diplomacia.
Aunque es normal que el nuevo presidente elija a sus propios cargos para cada Departamento, lo habitual es que los funcionarios salientes se mantengan en el puesto hasta que llegue su sucesor.
"Lo que no conviene tener es un vacío de poder, sin líderes experimentados", dijo Nicholas Burns, quien fue subsecretario de Estado entre 2005 y 2008, al diario The Wall Street Journal.
Se espera que el pleno del Senado confirme pronto como secretario de Estado a Tillerson, un exjefe de la petrolera ExxonMobil que carece de experiencia previa en el sector público.
Tillerson ha despertado preocupaciones entre algunos senadores dada su larga relación personal con el presidente ruso, Vladímir Putin, y los posibles conflictos de interés derivados de su cargo anterior al frente de una petrolera con negocios en todo el mundo, pero se espera que sea confirmado sin problemas en el Senado.
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