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Alrededor de mil 400 niños han muerto en la guerra civil de Yemen desde el inicio de los ataques aéreos de una coalición de países sunitas liderada por Arabia Saudita contra el país, informó ayer el Fondo de Naciones Unidas para la infancia (Unicef).
Además, más de 2 mil 100 menores resultaron heridos desde marzo de 2015, de acuerdo con los datos del organismo internacional, el cual reconoce, sin embargo, que el número real de víctimas mortales y de heridos entre niños “es mucho más elevado”.
Según información del reporte, unas 2 mil escuelas quedaron inutilizadas para dar clases, bien por los daños sufridos o porque fueron destinadas a otros propósitos durante la guerra.
“Las escuelas deben ser siempre zonas de paz”, resaltó la representante adjunta de Unicef para Yemen, Meritxell Relaño, en conferencia de prensa realizada en la ciudad de Saná.
El martes, un bombardeo de la coalición árabe —que lidera Arabia Saudita— alcanzó una escuela de educación primaria al noroeste de Saná, provocando la muerte de al menos ocho personas, en su mayoría niños, y unos 15 lesionados.
La agencia de noticias Saba informó que el ataque aéreo se registró durante la mañana en la primaria de al-Falah, ubicada en el cercano distrito de Nehm, en momentos en que decenas de niños y niñas asistían a clases. Habitantes, rescatistas y funcionarios de Nehm confirmaron que al menos ocho personas, entre estudiantes, profesores y trabajadores de la escuela, perecieron, mientras que otros 15 estudiantes fueron gravemente heridos en el ataque aéreo.
El reporte de Saba, que se encuentra en poder del movimiento rebelde chiita Houthi, destacó que el saldo de víctimas era inicial, ya que la operación para buscar a posibles sobrevivientes se alargó, ya que muchos niños estaban todavía bajo los escombros.
“La escuela se vino totalmente al suelo después de los ataques aéreos”, indicó la agencia informativa yemenita, tras subrayar que el ataque aéreo fue “el último crimen de guerra de Arabia Saudita contra el pueblo yemenita”.
La República de Yemen está en guerra desde septiembre de 2014, cuando las tropas rebeldes Houthi tomaron el control de la sede del gobierno, el aeropuerto, escuelas y edificios públicos de Saná, obligando al presidente Abd Rabbah Mansur Hadi a huir.
Desde el 26 de marzo de 2015, una coalición de nueve países árabes, liderada por Arabia Saudita, impulsa una ofensiva militar contra la milicia rebelde Houthi, en busca de restablecer al presidente Hadi en el poder y regresar la calma a Yemen.
Por ahora, la coalición árabe no ha hecho ningún pronunciamiento sobre el bombardeo aéreo del martes contra la escuela, el cual fue condenado por el Consejo Político Supremo (SPC), que lo calificó como una “masacre atroz”.
En un comunicado difundido por Saba, el SPC —el órgano ejecutivo yemenita integrado por los rebeldes Houthi y el Partido del Congreso Popular General del ex presidente Ali Abdalá Saleh— expresó sus sinceras condolencias a las familias de las víctimas y los heridos y afirmó que estos “actos no quedarán impunes”.
El Consejo, creado en agosto pasado como resultado de un acuerdo firmado por los Houthi y las tropas leales a Saleh el pasado 28 de julio en Saná, pidió a la comunidad internacional asumir su responsabilidad por los crímenes cometidos contra el pueblo yemenita.
Pese a que Arabia Saudita asegura que todos sus ataques han sido contra los rebeldes y que ninguno ha alcanzado civiles, la organización Human Rights Watch (HRW) acusó el mes pasado a la coalición de golpear a dos escuelas en la norteña ciudad de Saada con municiones de racimo.
El pasado 12 de diciembre, Unicef pidió el fin de las hostilidades en Yemen tras advertir de que cerca de 2.2 millones niños sufren desnutrición severa y necesitan atención urgente.
De ellos, al menos 462 mil sufren desnutrición aguda grave.
Según la agencia de la ONU, menos de un tercio de la población tiene acceso a atención médica y menos de la mitad de los centros de salud están operativos, lo que se suma a las dificultades de las agencias humanitarias para ofrecer suministros “debido al punto muerto en el que están las partes en conflicto”.