Chicago.— Entre ovaciones, con un mensaje de optimismo y en defensa de la democracia, en el que no faltaron las lágrimas, Barack Obama dio anoche, en el Centro de Convenciones McCormick de esta ciudad, su último discurso como presidente de Estados Unidos.
Consciente de la división que impera en el país tras el triunfo del republicano Donald Trump, quien asumirá el próximo 20 de enero, Obama afirmó: “dejo este escenario más optimista sobre nuestro país” que hace ocho años, cuando inició su presidencia.
Defendió su legado, diciendo que hoy Estados Unidos es un país más seguro, presumió de ocho años sin que alguna organización terrorista haya logrado ejecutar algún atentado; de la muerte del líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, pero reconociendo los peligros de la radicalización, y augurando que la nueva amenaza, el grupo yihadista Estado Islámico, “será destruido”.
Entre sus logros, destacó también el deshielo en las relaciones con Cuba, el acuerdo nuclear con Irán “sin disparar una sola bala”, el matrimonio igualitario. Lo hizo a sabiendas de que su sucesor ha amenazado con poner fin a todos esos cambios. Recordó que bajo su gobierno se crearon empleos, contrarrestando el discurso de su sucesor, quien asegura que es él quien hará de EU un país más grande, creando empleos.
Por sobre todo, defendió la democracia y remarcó que corresponde a “todos” los ciudadanos ser “guardianes”, por siempre, de ese sistema. “Nuestra democracia se ve amenazada si la damos por sentada”, dijo. Señaló además que EU tiene un gran potencial que “sólo podrá desarrollarse si nuestra democracia funciona, sólo si nuestros políticos reflejan de mejor modo la decencia de nuestro pueblo”. Y la democracia, indicó, “no requiere uniformidad”.
Todo, mientras los asistentes coreaban: “Otros cuatro años”, algo que, dijo el mandatario, ya no es posible, aunque aseguró que seguirá luchando, ahora como ciudadano. Hubo también gritos de “perdónanos”, aludiendo al triunfo de Trump y la derrota de la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
Obama dijo que son los ciudadanos quienes hacen el cambio, uno que, afirmó, “sólo puede ocurrir cuando la gente se implica, se compromete y se une para pedirlo”. También fue claro en decir que los cambios no son algo que EU deba temer, sino “abrazar”, y se mostró confiado en el futuro del país por la actitud que ha visto en los jóvenes. Garantizó, a la vez, una “transición suave” a Trump. Al agradecer el apoyo de su esposa, Michelle, a quien llamó su “mejor amiga” y quien también fue ovacionada, Barack no pudo contener el llanto. También tuvo palabras para el vicepresidente Joe Biden, a quien describió como parte de su “familia”. Y cerró con su lema de siempre: “Sí, podemos. Sí, lo hicimos”.