Manaos.— El director de la cárcel brasileña donde ocurrió la masacre con 56 muertos en Año Nuevo fue destituido ayer luego de que fue acusado de permitir la entrada de armas al penal, según comunicaron las autoridades del estado de Amazonas.

La destitución de José Carvalho da Silva se debe a las revelaciones hechas en cartas por dos reclusos del Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) de Manaos, donde tuvo lugar la matanza, explicó el secretario de Seguridad Pública de Amazonas, Sérgio Fontes, en una conferencia de prensa.

Las misivas, escritas casi tres semanas antes de la masacre, habían sido difundidas antes por medios de Amazonas. En sus mensajes, los presos pedían protección y acusaban a Carvalho da Silva de recibir sobornos de la banda Familia del Norte (FDN) para para permitirle introducir teléfonos celulares y drogas al penal.

“Están recibiendo dinero de la facción FDN”, señala una de las cartas citada por el portal Acritica.

Ambos reclusos fueron asesinados en la revuelta del Compaj, atribuida a un ataque del FDN contra presos de otra banda criminal, el Primer Comando de la Capital (PCC).

Las autoridades temen más ajustes de cuentas en las prisiones, es por eso que el gobierno de Michel Temer envió ayer 200 efectivos de la Fuerza Nacional hacia Amazonas y Roraima. En este último estado el viernes tuvo lugar otra matanza en una cárcel que dejó 33 muertos.

Otros cinco estados del norte, oeste y centro de Brasil (Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Rondonia, Acre y Tocantins) recibirán también apoyo del gobierno federal en forma de agentes penitenciarios o fondos públicos.

La Fuerza Nacional también debe ayudar en la búsqueda de los presos que se fugaron la semana pasada de al menos dos cárceles de Manaos. Hasta el lunes, las autoridades habían podido recapturar a 70 de los casi 300 presos huidos del primer motín en Amazonas, según la Secretaría de Seguridad Pública local.

En tanto, la Justicia brasileña ordenó ayer el traslado de 20 presos en la región amazónica de Manaos, debido a amenazas de muerte.

Se trata de un grupo de reos que fue devuelto a Manaos, después de haber sido trasladado, apenas un día antes, a un penal ubicado a unos 270 kilómetros en el municipio de Itacoatiara, en el mismo estado de Amazonas.

“La decisión atiende a un pedido de la Secretaría de Estado de la Administración Penitenciaria con vistas a la seguridad de los detenidos”, comunicaron las autoridades amazónica. El portal Globo habló de amenazas de muerte contra los reclusos.

La situación reflejó la grave situación en las cárceles brasileñas, mientras el Estado parece incapaz de detener los baños de sangre. En la primera semana del año se contaron casi 100 muertes en reyertas atribuidas a disputas entre grupos los criminales que controlan las prisines del país.

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