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El presidente de Brasil, Michel Temer, calificó ayer como una “necesidad imperiosa” la construcción de más prisiones en el país sudamericano, debido a la crisis carcelaria que dejó un centenar de muertos en la última semana.
“En la seguridad pública, la realidad actual nos lleva a la necesidad imperiosa de construir nuevos presidios”, dijo Temer durante una visita a Porto Alegre, en el sur del país, en su segundo pronunciamiento público desde que una primera masacre dejó casi 60 muertos en una cárcel brasileña el día de Año Nuevo.
Desde entonces, unas 40 personas más han muerto en reyertas entre bandas criminales en las prisiones, aparentemente vinculadas con disputas por el control del narcotráfico.
A la masacre ocurrida en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim entre el 1 y 2 de enero en Manaos, en la Amazonía, que tuvo un saldo de 56 muertos, se sumó el viernes pasado un motín en una cárcel de la ciudad de Boa Vista, en el norteño estado de Roraima, con 33 víctimas mortales, la segunda peor matanza en una semana.
En ese último caso, la violencia fue porque los internos se negaron a entrar al grupo criminal Primer Comando de la Capital (PCC), la banda más poderosa del país, oriunda de Sao Paulo, de acuerdo con el el secretario de Justicia de Roraima, Uziel Castro.
El gobierno afronta cada vez más críticas por la violencia en las cárceles. Brasil, que tiene la cuarta población carcelaria del mundo, lidia desde hace años con problemas por el hacinamiento y el control que ejercen grupos criminales dentro de los presidios.
Temer había anunciado la semana pasada ya la construcción de al menos cinco presidios de máxima seguridad al anunciar un nuevo Plan Nacional de Seguridad Pública.
El estado de Roraima pidió ayuda al gobierno central para afrontar la crisis. Según la estatal Agencia Brasil, el gobierno regional solicitó al ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, el envío de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, una tropa mixta de bomberos y policías para situaciones de emergencia. De Moraes aprobó el domingo ya el envío de apoyo federal a los estados de Amazonas, Rondonia y Mato Grosso, en el norte y centro del país. Amazonas también pidió a la Fuerza Nacional, señaló el diario Estado de Sao Paulo. Los otros estados recibirán sobre todo a personal penitenciario.
De Moraes convocó además a una reunión extraordinaria para el martes 17 de enero con los secretarios de Seguridad de todos los estados federales del país. Las autoridades parecen hasta ahora casi superadas por la crisis.
Varias víctimas de las matanzas ocurridas en la última semana fueron decapitadas o descuartizadas, con armas metidas de contrabando a los penales para los ajustes de cuentas. Más de 200 reclusos consiguieron además huir durante varios motines en Manaos.
En las cárceles brasileñas, con capacidad oficial para 371 mil 884 personas, conviven más de 622 mil presos, según datos actuales.